Pese a ser ratificado como entrenador del Real Madrid, la continuidad de Rafa Benítez no está asegurada. Y es que en esa misma comparecencia en la que se pretendía respaldar al técnico, se dejaba caer esta posibilidad. Lo hacía Florentino Pérez cuando se le preguntaba por la similitud de su discurso cuando apoyó a Carlo Ancelotti: "Ni yo ni nadie sabe lo que pasará en los próximos meses", respondía.
Nadie sabe si el Real Madrid remontará el vuelo, volverá a la senda de la victoria o si conseguirán apaciguar a un público que señala a todos. Presidente, jugadores y entrenador y es bien sabido por todos que si los resultados no mejoran, el primero en caer será Rafa Benítez. Ante esta posibilidad real, en el club ya ha surgido el nombre de Zinedine Zidane, el técnico del Castilla.
Pese a la confianza depositada en Benítez -confianza sin pleno convencimiento- ya calienta Zidane y al francés le agrada esta posibilidad. Tras el empate del filial del Real Madrid este pasado fin de semana, el técnico del Castilla comentó que ahora no valora esa opción. "De momento estoy en el Castilla. Si me quedé es para entrenar al Castilla", comentó antes de pedir que no le preguntaran más por Benítez y el primer equipo.
La realidad es que tras el partido del filial el pasado domingo, Zidane pidió hablar en privado con un periodista del diario francés L'equipe y al día siguiente este periódico afirmaba que "Zidane esta mas dispuesto a entrenar al Real Madrid". ¿Coincidencia? En esta información se aseguraba que Zizou veía como una labor menos ardua dirigir al primer equipo ahora que está en plena crisis y que sabía que mejorar los resultados podría ocurrir de forma muy rápida.
Que haya un cambio en el banquillo ahora mismo es imposible. En la directiva consideran que tirar por la borda el proyecto de Benítez tan pronto sería un error pero en el fúturo -dependiendo de los resultados- Zidane es la mejor opción a día de hoy. Florentino Pérez quiere que Benítez triunfe pero tiene un plan B de emergencia y ese plan B parece que está dispuesto a asumir un reto mucho más complicado que la Segunda División B.