Desde pequeños, desde que comenzábamos a aficionarnos por el fútbol, una frase siempre impactaba mucho al comenzar a escucharla: sólo existen tres equipos que nunca han descendido de Primera a Segunda División (jugando en Primera, claro): Real Madrid, Barcelona, y Athletic Club.
Sobre todo para aquellos que somos de ciudades con equipos acostumbrados a ser 'ascensores' nos llamaba mucho la atención. Más aún cuando veíamos históricos como Valencia, Atlético, Sevilla o Betis descender.
Sin embargo, esa afirmación no es del todo cierta. Al menos, no desde un punto de vista técnico de la sentencia. Hubo una temporada en la que el Futbol Club Barcelona sí descendió a Segunda División. Aunque luego fue rescatado por un cambio en el sistema de competición.
Corría el año 1934. El Barça no era lo que conocemos hoy. De hecho, en aquello década atravesó la peor crisis de su historia, sobre todo desde el punto de vista económico. Para aquella temporada se contrató de entrenador al austriaco de origen judío Richard Dombi.
Era su segunda etapa en el conjunto azulgrana, después de que la primera fuera todo un éxito: en 1926 había conquistado una Copa del Rey, un campeonato de Cataluña –la liga española aún no existía- y el registro de victorias más alto del Barcelona, con 20 victorias, dos empates y dos derrotas en los 24 partidos que dirigió.
Sin embargo, aquella segunda etapa sería todo un desastre. Los resultados negativos comenzaron a encadenarse uno tras otro. Escandalosas derrotas ante equipos como el Oviedo (7-3), Athletic Club (6-1), o Real Madrid (4-0) llevaron al equipo a mantenerse en la zona baja de la tabla durante toda la competición.
En la última jornada, la derrota por 1-0 en su visita al Betis terminó por relegar al conjunto azulgrana a la novena posición, en una competición de diez equipos. Hasta la fecha, los dos últimos clasificados descendían a Segunda División. Así que el Futbol Club Barcelona debía haber bajado a Segunda División, junto al Arenas de Getxo.
Sin embargo, al término de la competición la Federación Española de Fútbol decidió ampliar la Primera División a doce equipos participantes. De ese modo, como venía siendo habitual, los dos primeros clasificados de Segunda –en aquella ocasión, Sevilla y Atlético de Madrid- ascendieron, y no se produjo ningún descenso. El Barcelona no bajó. Tampoco el Arenas de Getxo.
Al año siguiente, cuando ya sí hubo descensos, el conjunto azulgrana quedó a mitad de tabla. Un año después, era subcampeón de Copa. Consiguió salvar la complicadísima década de los 30, para en la de los 40 comenzar a conquistar sus primeros títulos de Liga.
Nunca sabremos qué hubiera ocurrido con el Futbol Club Barcelona de haberse consumado ese descenso que, en los terrenos de juego, sí existió. Lo que sí que podemos afirmar hoy es que aquella sentencia de que solamente existen tres equipos de Primera División que jamás han descendido a Segunda, al menos desde un punto de vista técnico, no es del todo cierta.