Después de todo el revuelo que ha levantado, Salvador Sostres ha querido pedir disculpas. El polémico escritor y periodista firmó el miércoles por la noche en ABC una delitante a la par que irrespetuosa crónica del Villanovense-Barcelona (0-0), criticando el estilo de vida de Villanueva de la Serena -la localidad pacense donde se jugó el partido, correspondiente a la ida de dieciseisavos de final de la Copa del Rey- y el de los pueblos en general.
En la crónica se podían leer frases como "no es agradable cenar con pobres" o "cada vez que las cámaras enfocaban al público, mi mujer hacía comentarios sobre lo afortunados que hemos sido". "A cada instante tienen el presentimiento de la muerte", decía Sostres sobre cómo se vive en los pueblos en constraste con la ciudad.
Incluso José Manuel Calderón, base internacional español de los New York Knicks, conocido por ser un hombre tranquilo y que evita meterse en charcos, quiso responder al periodista con un contundente mensaje en su Twitter oficial: "Nosotros sí que tenemos suerte de que tu mujer y tu viváis en una ciudad".
Nosotros sí que tenemos suerte de que tu mujer y tu viváis en una ciudad #sostres @abc_es #RESPETO #conlofacilquehubierasidohablardefutbol
— jose manuel calderon (@JmCalderon3) octubre 29, 2015
Este viernes, Sostres se ha disculpado en la COPE: "Nada más lejos de mi voluntad que ofenderles, y nada menos difícil para mí que pedirles disculpas". Pero fue una disculpa a medias, pues el periodista insistió en hablar de "violenta reacción" de los villanovenses a su crónica. Y también denunció haber recibido graves insultos en las redes sociales: "Muchos de los que en nombre de la educación y del respeto, y de sus sin duda nobles sentimientos, me escribieron para quejarse, lo hicieron con toda clase de insultos y amenazas ante los que mi crónica parecía una Primera Comunión".
Por su interés, a continuación reproducimos el texto leído esta mañana por Sostres en la COPE:
Ayer publiqué en ABC la crónica del partido del Villanovense contra el Barcelona y algunos villanovenses, y algunos extremeños se sintieron ofendidos. Lo que era humor fue tomado en serio, y hasta muy en serio.
Siempre ha existido el humor de hombres sobre mujeres y de mujeres sobre hombres, aunque hoy cualquier broma esté cerca de considerarse un delito. Siempre ha existido la rivalidad, sana y divertida, entre Villabajo y Villarriba, y también ha existido, y la literatura ha dado buena cuenta de ello, el humor que el campo ha hecho de la ciudad y el humor que la ciudad ha hecho del campo. Y en este particular, en el que mi crónica de ayer se inscribía, ha habido una especial sorna y sarcasmo sobre la ciudad, su gente, y su estilo de vida sin que nadie haya incendiado nada.
Bien, algunos villanovenses se sintieron ayer profundamente ofendidos, y nada más lejos de mi voluntad que ofenderles, y nada menos difícil para mí que pedirles disculpas. Yo creo que sin con el tiempo y desapasionadamente vuelven a leer el texto, y piensan en el humor que cada uno tiene y gasta, no les parecerá un artículo tan grave, ni su violenta reacción justificada. Aunque de todos modos, a mi edad tener razón es ya una nostalgia, y con el tiempo he aprendido que, la mayor parte de las veces, intentar hacer sentir bien a la gente es mucho mejor que convencerla.
Dos cosas sí me gustaría dejar claras: en un momento del delirio de ayer en las redes sociales, se dijo que yo había despreciado a Villanueva e incluso a toda Extremadura, cuando esto es absolutamente falso. La segunda es que muchos de los que en nombre de la educación y del respeto, y de sus sin duda nobles sentimientos, me escribieron para quejarse, lo hicieron con toda clase de insultos y amenazas ante los que mi crónica parecía una Primera Comunión. Y la tercera es que si cada día estrechamos un poco más los límites de tomarnos las cosas con una cierta deportividad, al final nadie podrá decir nada y nos vamos a aburrir bastante.
Dicho esto: villanovenses, villanovensas, que tengáis todos un muy buen fin de semana.