Adivinar qué se le preguntará a Rafa Benítez o cuál será el tema a debatir en las tertulias deportivas dentro de unas semanas, es relativamente sencillo. No se necesita 1.21 gigovatios en un DeLorean para descubrir la respuesta. Si viajáramos al futuro, descubriríamos que no es muy distinto del presente. Sería algo así como si Marty McFly viajara al autentico 21 de octubre del 2015 y no al de su Hill Valley. Descubriría que no hay monopatines voladores y pizzas que se calientan en cinco segundos. Se llevaría un disgusto al comprobar que la vida sigue más o menos igual. Pues con el Real Madrid y la prensa, pasaría lo mismo. Podríamos viajar en el tiempo y comprobaríamos que a Benítez se le siguen realizando las mismas preguntas y los debates continúan en bucle: "¿Es demasiado defensivo el míster blanco", introduciría el moderador. Todo a raíz, quien sabe, de un empate ante el Barcelona en el Camp Nou o ante el Bayern de Munich en el Allianz Arena.
Lo que es impredecible, y por lo tanto, ahí si necesitaríamos una máquina del tiempo, es el límite de Benítez. ¿Hasta cuándo aguantará la misma pregunta una y otra vez? "¿Es defensivo?" "¿Qué le parece que Blanc diga que es defensivo?" "¿Y Ancelotti qué? Dice que tiene problemas ofensivos". Y así una detrás de otra. Y si el Madrid no golea en todos los próximos partidos, cojan el DeLorean y comprobarán que las preguntas serán las mismas o parecidas. E incluso goleando puede que no varíen demasiado. El Real Madrid es líder en la Liga, en la Champions League, es el equipo que menos goles ha recibido –dos- y el más goleador -18-. Nadie encaja menos y marca más y aun así, se le sigue cuestionando en cada rueda de prensa.
Se está insistiendo tanto, se está dando tantas vueltas a la tortilla sobre este asunto que Benítez dio ayer una respuesta impensable en un técnico tan meticuloso. "No sé cuál es el estilo opuesto al mío, no sé cuál es mi método", contestó con paciencia a la cuarta cuestión. Este, no es el mejor escenario para afrontar el partido más complicado de la temporada. El PSG está cada vez más cerca del Real Madrid. En cuanto a dinero, no tienen nada que envidiar y en lo deportivo, poco a poco, están construyendo un conjunto de hombres y no de nombres. Petrodólar a petrodólar, el club francés está ganándose un hueco en la élite, hasta tal punto que esta noche, con las múltiples bajas de los visitantes, son favoritos. Ibrahimovic, Cavani, Pastore, Verratti, Di María, Matuidi… Es un equipazo. ¿No estará David Luiz? No hay problema para Blanc. Marquinhos y Thiago Silva serán sus centrales.
Quizá movido por el debate que mencionamos, e impulsado por las bajas de Benzema y Bale, Benítez podría apostar por un centro del campo muy poblado. Ya lo hizo ante el Levante en el Bernabéu metiendo a Isco, Kovacic, Kroos y Casemiro. ¿Por qué no lo iba a hacer entonces en Paris y ante el PSG, rival de más nivel? En principio Modric será suplente por petición de los médicos del Madrid y será Lucas y no Jesé quien complete el once titular.
El partido de esta noche no es fundamental para el Real Madrid, que acabará clasificándose seguramente, pero si lo es para Benítez. No porque se le vaya a cuestionar más o menos entre la directiva o sus jugadores, sino para que pueda vivir algo más tranquilo. Lleva 3 meses en el banquillo del Madrid y se le juzga como si llevara 3 años.
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- ¿A dónde?
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