La temporada pasada el Levante vivió en su propias carnes un caso muy similar al de David De Gea. El conjunto valenciano quería incorporar al talentoso mediapunta costarricense Bryan Ruiz, que jugaba en el Fulham inglés, en el mercado de invierno.
Un error infantil de los Cottagers truncó el fichaje de Ruiz por el Levante. El equipo inglés se equivocó al enviarle a la FIFA el tiempo concreto de la cesión del costarricense. A pesar de que horas antes estaba todo acordado, el defecto no pudo ser subsanado antes de que cerrara el mercado de fichajes y la documentación correcta llegó fuera de tiempo.
Levante y Fulham habían acordado la cesión de Ruiz hasta el 30 de junio del 2015. El problema vino de que a la hora de notificar el fichaje a la FIFA a través del Sistema de Correlación de Transferencias (TMS) las fechas del término del préstamo no coincidían. El Fulham se equivocó y alargó la cesión hasta el 30 de junio del 2016.
Al percatarse del error, el Fulham ingresó de nuevo al TSM para corregirlo. No obstante, terminó de hacerlo casi un minuto después de cerrado el mercado de fichajes en España, el 30 de enero a la 00:01. Por no haberlo hecho a tiempo, la FIFA no avaló que Ruiz saliera de la segunda división de Inglaterra al fútbol español.
Quico Catalán, presidente del Levante, intentó recurrir la decisión, aunque sin éxito. "Respeto, acato y acepto, pero me cuesta entender que un minuto provoque todo esto. Todo estaba enviado con más de media hora de antelación, se mandaron los documentos firmados y lo único que nos quedaba era esperar. Lo que pasa es que las cosas no llegaron en tiempo ni en forma y cuando teníamos que incluir los últimos documentos, no llegaron de acuerdo a la situación".
Días después, la FIFA rechazó el recurso interpuesto por el conjunto granota y Ruiz no llegó jamás a la capital del Turia.
El caso de Miguel Lopes con el Real Zaragoza
En el cierre del mercado estival del 2011, a las once y cuarto de la noche el Real Zaragoza y el Oporto alcanzaban un acuerdo para la cesión de Miguel Lopes. La documentación llegaba a la Liga cinco minutos después de las 00:00. A pesar de los intentos de Jorge Mendes, representante entonces de Lopes, y de las alegaciones que presentaron el conjunto luso y el maño ante la FIFA, la Liga se mostró inflexible. Bastaron cinco minutos para dejar a Lopes tirado, al Real Zaragoza sin su pretendido lateral derecho y al Oporto con un jugador en nómina que no quería.