"Godín y Koke son los únicos jugadores intransferibles", comentó Diego Pablo Simeone antes del inicio de la pretemporada del Atlético de Madrid. Se marcharon Arda Turan, Mandzukic, Miranda y Mario Suárez, piezas claves en el engranaje del Atlético del curso pasado y en el caso de Turan y Miranda del conjunto que salió campeón en 2014.
Simeone no estaba preocupado por estas bajas aunque hubiese preferido la continuidad de Arda, pero sí dejó claro que Godín y Koke no saldrían. El Cholo mandó el mensaje y el club sabe que su entrenador es dueño y señor de la plantilla. El Manchester City ha sido el último en intentar llevarse a uno de los dos, Godín, y casi lo consigue con una oferta mareante.
Una cifra que rondaba los 40 millones de euros, la cláusula del '2' rojiblanco, era la oferta del equipo inglés por el uruguayo sumada a una ficha que se elevaba a los 6,5 millones de euros, mucho más de lo que cobra Godín en el Atlético. El conjunto de Pellegrini se ha encontrado con varios problemas. El primero, el "no" del jugador, que prefiere quedarse en el Calderón, y el segundo, que también ha potenciado la negativa antes mencionada, el compromiso del club de mejorar el contrato de uno de sus capitanes.
Con todos estos acontecimientos, el Atlético de Madrid ha pasado de tener un problema con la salida de unos de sus jugadores bandera, a todo lo contrario ya que mejorará el contrato de Godín, mantendrá la defensa que Simeone quiere junto a Juanfran, Giménez y Filipe, y la afición rojiblanca sonríe con el ejemplo de "pertenencia" que pide Simeone a sus jugadores y que ha demostrado Godín, el héroe del Camp Nou y de la décima liga rojiblanca.
El Cholo, como es habitual, ha tenido gran parte de culpa en que Godín siga en su equipo. Entre todas las partes se ha llegado a un acuerdo que deja a todos los protagonistas satisfechos, salvo el Manchester City.