Saltarán al césped del Olímpico de Berlín este sábado para intentar reverdecer viejos laureles. La Juventus no gana una Copa de Europa desde 1996 y no llegaba ni siquiera a unas semifinales desde 2003. El equipo italiano es un clásico en la Champions pero le había faltado tino, suerte quizá, en las últimas ediciones.
Si valoramos los títulos por equipos, la máxima competición europea está, sin duda, en todo lo alto. Cualquier jugador que la gana guardaría en la vitrina más preciada ese trofeo. Quizá sólo esté por encima ganar un Mundial con tu selección. Eso, sin duda, mejora el sabor de una Champions. Dos jugadores juventinos ya saben lo que es realizar esa hazaña y, además, lo hicieron en el mismo escenario en el que disputarán este sábado la gran final continental. Berlín y su estadio Olímpico le traen buenos recuerdos a Andrea Pirlo y a Gianluigi Buffon.
El 9 de julio de 2006 Italia se proclamaba campeona del mundo en una tanda de penaltis dramática ante Francia. Pirlo marcó el camino, haciendo el primer gol; Buffon no paró ninguno pero vio como su compañero en la Juventus David Trezeguet, estrellaba un lanzamiento en el larguero. Italia fue infalible desde los once metros. Además de Pirlo, marcaron Materazzi, De Rossi, Del Piero y Grosso. No se pudo hacer mejor en una fase del partido que te exige máxima concentración, máximo control de los nervios. Es el drama elevado a la máxima potencia.
Pirlo y Buffon volverán el sábado al estadio donde todo se volvió bueno aquella calurosa tarde de julio de hace nueve años. Donde la suerte le volvió a sonreir a Italia en una tanda, perdida la de 1994 ante la Brasil de Bebeto y Romario. Allí fallaron los que no podían hacerlo, ni Baggio, ni Baresi. Pero el fútbol tiene estas cosas.
Pirlo tiene ya dos Champions; Buffon ninguna. El mediocentro consiguió ganarle al portero la de 2003 con el Milán por penaltis en Manchester y con Ancelotti de técnico rossonero. Perdió la de 2005 y ganó la de 2007 ambas ante el Liverpool de Benítez. El arquero, considerado por muchos el mejor de todos los tiempos, vio con 18 años y estando en el Parma, recién debutado en la serie A, la Copa de Europa que la Juve le ganó al Ajax también en la fatídica tanda.
Con 36 años uno, Pirlo y con 37 el otro, Buffon, se citan el sábado con el Barça y con la ansiedad de ver pasar el último tren. Ese que cogieron a tiempo en 2006 para que la selección se proclamara campeona del Mundo con una generación casi única. El tren que pasará muy rápido por Berlín y al que es complicado subirse a tiempo. El Barcelona gana en las apuestas y la Juve es víctima. Al menos a priori. Pero todo en el fútbol puede pasar.