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Los discursos de los entrenadores del Real Madrid en sus presentaciones

En los últimos seis años, el Real Madrid ha tenido cuatro entrenadores distintos: Pellegrini, Mourinho, Ancelotti y Rafa Benítez.

En los últimos seis años, el Real Madrid ha tenido cuatro entrenadores distintos: Pellegrini, Mourinho, Ancelotti y Rafa Benítez.
Manuel Pellegrini, José Mourinho, Carlo Ancelotti y Rafa Benítez. | LD

Suena tu nombre en el palco de honor del Santiago Bernabéu y te levantas ante decenas de personas y medios de comunicación. A la espalda, el estadio que más Copas de Europa ha celebrado en todo el mundo totalmente vacío; por delante, un micro y un discurso que explicará cómo es la persona y cómo es en el entrenador.

En los últimos seis años han vivido este momento único cuatro técnicos. Todos diferentes y cada uno con su discurso. Desde Manuel Pellegrini, asegurando que el Real Madrid había "elegido a la persona adecuada", a las lágrimas de un Rafa Benítez que vuelve "a casa para cumplir un objetivo".

Pellegrini, la "persona adecuada"

Presentado un 2 de junio de 2009, Pellegrini llegó al Real Madrid tras su único etapa destacada en el Villarreal. Pocos logros para asumir un barco tan complicado. El chileno centró su rueda de prensa en demostrar que valía para el puesto. "Creo que llego en el momento justo en todos los sentidos, con la experiencia necesaria y el convencimiento de que han elegido a la persona adecuada", se defendía. Tanto se dudaba de Pellegrini que el técnico admitió que había sido un segundo plato para el Real Madrid. "Habría que ser muy soberbio para pensar que sólo existía una opción. Lo importante es el haber sido elegido", afirmaba.

El actual entrenador del Manchester City se atrevió a lanzar un mensaje sobre el fútbol que practicaría su equipo. "Yo abogo por el fútbol bien jugado porque es el que da los mejores resultados" y de alguna manera, se incluyó en la lista de entrenadores con mano blanda. "Creo mucho en el diálogo entre técnico y jugadores", avisaba. Daba tanto la mano a los jugadores que muchos le cogieron el brazo. Ese fue una de las críticas de la directiva.

Otra fue la nula utilización de la cantera. Y eso que en su presentación Pellegrini dijo que "los jugadores de cantera se integrarán en el proyecto porque deben tener una participación importante". Tiró tan poco de los chavales que Valdano y el técnico tuvieron una pelea dialéctica a través de los medios de comunicación.

Mourinho dejó bien claro quién era

"No sé si he nacido para entrenar al Real Madrid, pero he nacido para ser entrenador de fútbol". Así se presentó en sociedad José Mourinho un 31 de mayo de 2010. Aunque el técnico portugués viniera de ganar un triplete con el Inter de Milán, también tuvo que justificar una etiqueta que la prensa le había puesto. La de ser un entrenador excesivamente defensivo. "He ganado tres finales europeas metiendo ocho goles. Cuando se repite una mentira muchas veces, ese mentira será siempre una mentira menos para las personas inteligentes", afirmó.

A diferencia de Pellegrini, Ancelotti o Rafa Benítez, Mourinho no se vio impresionado por la situación, la cantidad de periodistas o el cargo que comenzaba a defender. En su primer día dejó ya grandes titulares y, salvo por posibles fichajes, no rehuyó ninguna pregunta por incomoda o improcedente que fuera.

"El Real Madrid me ha atraído por su historia, por sus frustraciones de los últimos años", decía. Y es que muchas de las preguntas estaban relacionadas con la ansiada décima o con el temido Barcelona de Guardiola. De ahí que afirmara que "la palabra miedo no está en mi diccionario y no quiero que esté en el de mis jugadores". Florentino le trajo por su estilo que, según Mourinho, se "adaptaba a sus jugadores. Un equipo se forma con equilibrios y eso para mí es jugar bien con balón y sin balón. Defensiva y ofensivamente. Ser psicológicamente muy fuertes".

Pese a su más que polémica relación con Iker Casillas, cuando llegó Mourinho al Real Madrid los focos estaban sobre otro jugador e institución del club: Raúl González Blanco. En su presentación ya dejó las cosas claras. Él era así. "He hablado con Raúl. No pierdo el tiempo. He desayunado con él" y puso los puntos sobre las íes sobre el papel de la prensa en su vestuario. "Entre el jugador y el entrenador, la prensa no entra". Evidentemente, no se cumplieron todos sus deseos.

Ancelotti y su declaración de intenciones

Ya sin Jorge Valdano en el organigrama del club, se presentaba Carlo Ancelotti como entrenador del Real Madrid. Pese a su escaso español, el italiano comprendió lo que querían de él y en sus primeras palabras se metió a la afición en el bolsillo con una declaración de intenciones que cumplió hasta hace unos meses. "Hay que ganar con un fútbol ofensivo y espectacular", afirmó entre aplausos. Apenas diez palabras y sus críticos apuntaban una frase que siempre podrían echarle en cara.

Ancelotti también llegó con un sambenito. El del pacificador. "No sé. Nunca me han llamado así. Es la primera vez. Soy un entrenador, quiero tener una buena relación con los jugadores. Siempre he tenido buenas relaciones, pero creo en una buena palabra. Gracias", contestó. Ahí está Sergio Ramos para demostrar que sí consiguió su objetivo.

El entrenador de la décima tuvo que responder a medio centenar de preguntas sobre el título que levantaría en Lisboa. Después de tres semifinales seguidas, era ya una auténtica obsesión. "Quiero trabajar con presión. Sé que es un gran objetivo para todo el mundo. Tengo ambición y no es un problema la responsabilidad. Es una motivación", comentó.

Es interesante comprobar qué dijeron en su primer día y ver luego qué hicieron realmente. Como un político. Ver si cumplen sus promesas. Para Ancelotti la BBC era innegociable pero en su presentación afirmó que "jugará quien lo merezca. Vale para todos los jugadores y todos los equipos". Está claro que luego no fue así.

Benítez, el entrenador de la casa

Sólo el tiempo tiene la respuesta sobre si Benítez triunfará en el Real Madrid, pero lo que está claro es que, para él, dirigir al Madrid es algo más que un trabajo. Es un sueño. Es el único técnico que se ha emocionado en su presentación. Pese a que llega con la vitola de tener mano dura, casi rompe a llorar en el palco de honor del Bernabéu.

A diferencia de sus antecesores, será complicado pillar a Benítez con una frase de la hemeroteca. No ha prometido títulos, no ha prometido un estilo de juego. Sólo ha señalado que pelearán hasta el final en cada competición. Algo normal en el Real Madrid.

Benítez llega al Madrid con las encuestas en su contra y la rueda de prensa no va a provocar que las cifras varíen. Su única respuesta ha sido "trabajo". Ha apelado a su experiencia y a sus métodos que le han traído títulos y le han llevado hasta aquí.

El único momento en el que ha sacado pecho ha sido para quitarse la misma etiqueta con la que llegó José Mourinho. "No soy defensivo. Con el Nápoles marcamos 104 goles", afirmaba.

Cuatro entrenadores distintos, cuatro presentaciones diferentes. Pellegrini duró una temporada, Mourinho tres y Ancelotti dos. Veremos si Benítez, que no ilusiona, que no deja titulares, es el único que cumple su contrato. Firma por tres temporadas.

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