No hay comparación posible si se habla de finales. Hay jugadores que aparecen, otros que aparecen menos, otros que se esconden. Leo Messi ha marcado en veinte de los veintitrés partidos decisivos que ha disputado con el Barcelona, un dato que deja bien a las claras que el argentino tendrá sus días (más buenos que malos, desde luego) pero lo que es jugar en partidos clave, sí que lo hace.
Desde que el 17 de agosto de 2006 jugara su primera final, en Montjuic en la ida de la Supercopa de España ante el Espanyol, el argentino ha encadenado 22 partidos más de finales, jugará la número 24 el sábado ante la Juve pero ya tiene asegurado dos partidos más este verano, la ida y la vuelta de la Supercopa de España ante el Athletic de Bilbao.
Y eso que hay una final de Champions, la del 17 de mayo de 2006 en Paris frente al Arsenal que no está contabilizada porque Messi no jugó ni un minuto aquel día. Tampoco lo hizo en el partido que el equipo azulgrana perdió ante el Internacional de Portoalegre en diciembre del mismo año al encontrarse lesionado. Desde entonces dos Champions, once encuentros de Supercopa de España, cinco Copas del Rey, dos Mundiales de clubes y tres Supercopas de Europa. Y 20 goles, una barbaridad.
El Barcelona en esas finales del argentino perdió ante el Madrid la Supercopa de 2012 y las Copas de 2011 y 2014. Lo demás, títulos. Es de justicia decir que Messi marcó en finales que el Barcelona perdió, no es infalible la estadística pero es verdad que siempre participó.
Hay que añadir dos finales más del argentino. En la Copa América de 2007 en Venezuela Messi perdió ante Brasil la gran final, y en 2014 en Rio de Janeiro, en el Mundial de Brasil el argentino cedió ante Alemania.
Este sábado jugará su final veinticuatro como culé, la tercera de Champions, las dos de verano y, si gana el título continental, quizá juegue la del Mundial de clubes en diciembre y antes la Supercopa de Europa ante el Sevilla. Un año 2015 que no tiene ni punto de comparación con el 2014. Si todo le sale bien serían seis títulos en el año por ninguno de 2014. Algo ha cambiado.