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¿Es injusta la destitución de Carlo Ancelotti?

Análisis de los motivos que llevaron a Florentino Pérez a despedir al técnico italiano pese a que todavía le quedaba un año más de contrato.

Análisis de los motivos que llevaron a Florentino Pérez a despedir al técnico italiano pese a que todavía le quedaba un año más de contrato.
Carlo Ancelotti. | Archivo

Carlo Ancelotti, el tipo simpático, el amigo de los jugadores, el entrenador que ganó la Décima, el pacifista que puso orden y sosiego en el Real Madrid, abandonó la casa blanca el pasado lunes tras ser destituido por Florentino Pérez.

Cuatro títulos en dos años, el apoyo incondicional de toda su plantilla, de la afición y de gran parte de la prensa. Pero ello no ha sido suficiente para que Ancelotti siguiera en el club que aún es campeón de Europa y que cumpliera el año de contrato que le quedaba. Son muchos los periodistas y aficionados, que se hacen la misma pregunta: ¿por qué se ha destituido a Ancelotti?

No sólo la temporada en blanco, en cuanto a títulos importantes se refiere -la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes son dos trofeos menores-, ha penalizado a Ancelotti. El técnico italiano ha patinado en algunos aspectos claves en lo que al apartado técnico se refiere exclusivamente.

Bajón físico

Tanto en la temporada pasada como en la que acaba de terminar, el Real Madrid ha padecido un mal endémico: la falta de oxígeno. Ir de más a menos, acabar con la lengua fuera. Sin aliento, con la reserva. Físicamente mal trabajada, la plantilla llegó muy justa de gasolina al rush final.

¿Es el técnico adecuado para luchar por la Liga?

Que hablen los números. En 15 años como entrenador de equipos de la talla de la Juventus de Turín, Milan, Chelsea, París Saint-Germain y Real Madrid, Ancelotti sólo ha conseguido tres títulos de liga (Milan en 2004, Chelsea en 2010 y PSG en 2013). Sólo un 20% de éxito, y ello contando con plantillas de auténtico lujo.

Visto con lupa por la directiva

Es un secreto a voces que el gol de Ramos en Lisboa salvó el pescuezo de Carletto. El conjunto blanco hizo dos partidazos ante el Bayern, sí. Pero, ¿qué pasó en Dortmund? Tras arrollar al conjunto bávaro, además del desplome físico, se notó falta de mano izquierda y capacidad de motivación para evitar que la plantilla se relajara. El Madrid tuvo a tiro el histórico triplete, servido en bandeja de plata por Atlético de Madrid y FC Barcelona. Pero la derrota ante el Celta -con una falta de intensidad alarmante- y los empates en Valladolid y frente al Valencia en el Bernabéu, dejaron al conjunto de Concha Espina sin Liga.

Ante los grandes no ha dado la talla

Atención a este dato: en su primer año sumó 18 de 36 puntos posibles ante los siete primeros clasificados, lo que representa un 50%; esta temporada ha logrado 17 de 36 (47%). El Madrid se juega la temporada en este tipo de partidos y ahí Ancelotti ha perdido casi siempre la batalla táctica con su rival de turno -el último ejemplo, Massimiliano Allegri-. Además, de 76 jornadas de liga en dos temporadas, su equipo tan sólo fue líder en 20.

Mala gestión de los recursos

Las rotaciones no han tenido cabida en la libreta de Carlo. ¿Consecuencias? Quemar a los jugadores con exceso de minutos -ver a Kroos con la lengua fuera a partir del minuto 65 de cada partido se convirtió en la tónica habitual en 2015-; no hacer sentir importante a gran parte del plantel; excesivas lesiones por problemas musculares y, en el momento de la verdad, donde se juegan los títulos, había futbolistas importantes que llegaban en un momento de forma muy bajo.

Aspectos tácticos

Deficiente organización del equipo en fase defensiva, con el sistema defensivo general del Real Madrid dejando grandes lagunas durante gran parte de la temporada. El problema empieza con la liberación de la BBC -Benzema, Bale y Cristiano-, eximidos de carga de trabajo defensivo en cuanto el rival supera la primera línea de presión, que, todo hay que decirlo, era bastante light.

En tareas de recuperación de balón, presión y sistema de ayudas, el Real Madrid ha carecido de músculo y se ha notado que Toni Kroos, además de doblar el número de minutos jugados esta temporada con respecto a sus otros años como profesional, no es mediocentro. El de Greifswald comenzó su carrera como mediapunta: en su segunda etapa en el Bayern hacía labores de interior aprovechando su gran llegada desde la segunda línea, pero en el Madrid ha tenido que aprender a la carrera y, sin descanso, el oficio de mediocentro. Tiene cualidades el alemán para ser un cinco de muchos quilates, pero quizá el aprendizaje ha sido demasiado forzoso al recaer sobre él toda la responsabilidad del puesto. Sin Modric, que estuvo lesionado en el momento de la verdad, el Real Madrid ha sido incapaz de imponerse en la sala de máquinas.

Roles excesivamente marcados

Es verdad que Carlo Ancelotti es un entrenador top que tiene una mano única para lidiar con grandes estrellas. Lo ha hecho durante toda su carrera como entrenador y también en el Real Madrid. Ahora, no es menos cierto que los roles quizá han estado excesivamente marcados. El caso Isco, el gran sacrificado cuando estaban todos disponibles, precisamente encontrándose en el mejor momento de forma de la temporada, fue el primero en el que se vieron unas jerarquías muy señaladas.

¿Y Chicharito? El mexicano fue el héroe del Madrid en la eliminatoria de cuartos de final frente al Atlético de Madrid: ganó el partido él sólo en Vigo y, tras demostrar estar fresco y en un pico de forma excelente, Carlo Ancelotti premió su trabajo con el banquillo en cuanto Benzema volvió al equipo y sin estar ni mucho menos al cien por cien. Sin embargo, el caso más sangrante es el de Casillas. Pocos son los que recuerdan ya su última parada que concedió puntos a su equipo. Entonces, ¿ha sido justo Ancelotti con su propio club al hundir a Keylor Navas?

La destitución, ¿justa o injusta?

Cada lector que saque su propia conclusión. Eso sí, lo que es incuestionable es que Carlo Ancelotti se va del Real Madrid como lo que es, todo un caballero. En el templo del Bernabéu, siempre se recordará a aquel entrenador italiano, de perenne arqueo de ceja, que ganó la décima Copa de Europa para el club blanco después de doce años de búsqueda.

Arrivederci, Carlo! Buona fortuna!

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