El Sevilla está muy cerca de disputar su cuarta final de la Europa League -las tres anteriores las ganó, la última de ellas el año pasado ante el Benfica- tras golear a la Fiorentina en el Sánchez Pizjuán (3-0), en el partido de ida de semifinales.
Calor, lleno hasta la bandera en el Pizjuán, algunos prolongando aún la feria de abril, dos estilos atractivos de juego -el Sevilla te mata a la contra y no le importa ceder la iniciativa al rival, mientras que la Fiore busca llevar la batuta del partido-...todos los ingredientes pintaban a que podría salir una buena ensalada de fútbol.
El inicio no defraudó. Ritmo altísimo, intensidad, presión asfixiante sobre la salida de balón rival...y una Fiore que sorprendió con su once inicial -salio Montella con un valiente 4-4-2 cuando fuera de casa suele exponerse menos y sitúa una defensa con tres centrales-. Nada más empezar el partido el Pizjuán tuvo una arritmia. Mario Gómez se plantó sólo ante Rico pero su disparo se fue muy alto. De portería a portería, las ocasiones se sucedían, en un combate a pecho descubierto precioso para el espectador, pero algo peligroso para un Sevilla que tuvo a Rico como gran salvador del primer tiempo -cuatro extraordinarias paradas del canterano dejaron indemnes a los de Emery-.
El Sevilla fue imponiendo todo lo que el genial mago 'loco' de Fuentarrabía había desgranado en la pizarra durante semanas. La Fiore es muy buena con balón, pero tiene un autentico agujero en los costados. ¿Solución? Activar el juego por bandas. Manos a la obra. Tremoulinas, Reyes y Vitolo comenzaron a hacer añicos a Marcos Alonso y Tomovic, y las ocasiones iban cayendo. Entonces apareció el hombre de la noche, Aleix Vidal, para poner en ventaja al Sevilla. En una gran jugada de Vitolo -extraordinario partido del canario.- pase atrás , allí aparece Vidal, cuyo remate cruzado situaba el 1-0.
Desde el gol hasta el final del primer tiempo, Emery tocó corneta: "¡EH muchachos, bajar las revoluciones, no nos interesa un ida y vuelta, vamos ganando!!". El excesivo ímpetu hacía que el Sevilla, con el cuchillo entre los dientes, volara hacía el campo de la Fiore, con una presión poco escalonada que dejaba huecos que el equipo de Montella aprovechaba. Le costó a los hispalenses entender el mensaje lanzado por su capitán general, pero al final, hicieron caso al maestro: retrasaron la línea de presión 15 metros, decidieron no dudar la superioridad en la posesión viola -toma, toma el balón y ven a buscarme que ya te pillaré en una contra-, vamos el guión inicial que se preveía.
Una jugada polémica en el último segundo antes del intermedio en una caída de Krychowiak, puso punto y final a un precioso e intenso primer tiempo.
La segunda mitad comenzó como la primera, con una Fiorentina, comandada por Joaquín, que hacía lo que sabe hacer: atacar. El Sevilla, astuto Emery, salió más tranquilo en la segunda parte. Como sabiendo que, en cualquier momento, la Fiore perdería un balón en una de sus múltiples combinaciones, y en esas transiciones ofensivas con espacios los de Emery son de colmillo afilado. Dicho y hecho. Tras un gran robo de Vitolo y otra llegada sorprendiendo desde atrás de Aleix Vidal, llegaba el 2-0. El Pizjuán se venía abajo.
Aún hubo tiempo para que el chico milagro, Gameiro, convirtiera en oro el primer balón que tocó. Tremoulinas, en su enésima subida por banda izquierda -qué recital dio el galo- puso un balón que, quien sino, Aleix Vidal tocaba en el primer palo y Gameiro remachaba en el segundo.
Con el 3-0 y con los de Florencia K.O , el Sevilla temporizó, sacó los olés del público y pudo incluso meter el cuarto. Había en el Pizjuán una orgía de fútbol de un Sevilla que, de nuevo, se cerró en los minutos finales para no dejar ni un resquicio a un Fiore que murió de pie con un Joaquín que no dejó de luchar hasta el pitido final.
El Sevilla, con mucha más pegada y un juego más regular, 'mató' a la Fiore gracias a cinco aspectos claves:
- Aleix Vidal: el gran protagonista del partido. Emery realizó una jugada maestra de ajedrez al situarlo de lateral derecho. Seguramente será la primera vez que un jugador actuando de lateral, marque dos goles en una semifinal europea. Con sus 8 pulmones a pleno rendimiento, estuvo en todas partes e hizo añicos la libreta de Montella con sus llegadas desde atrás. Salió a hombros tras cortar las dos orejas y el rabo. Hizo el partido perfecto.
- Las bandas del Sevilla: Tremendo partido de Tremoulinas y Vitolo. Extraordinarios abriendo el campo, llegando a línea de fondo...aún se divisan trozos de cintura de la rotura sufrida por Tomovic -estuvo muy bien en ataque el serbio pero superado en defensa- y de Marcos Alonso en el coliseo sevillista.
- Krychowiak: A este jugador hay que hacerle un monumento. Fue el pegamento de Borja Balero. Anticipación, sentido táctico, distribución fácil de balón...el medio centro perfecto, amargó a un Valero que soñara con él.
- Emery: Repaso táctico a Montella, desde la pizarra inicial. Sabía como y donde hacer daño y demostró el porqué del interés del Milán. Un genio el de Fuenterrabía.
- La afición: Llevó en volandas a los suyos. Con ese ambiente es más fácil 'volar'.
Noche larga en Sevilla. Varsovia espera a los de Emery con los brazos abiertos.
Ficha técnica
Sevilla, 3: Sergio Rico; Aleix Vidal, Carriço, Kolodziejczak, Trémoulinas; Krychowiak, Mbia (Iborra, m.73); Reyes (Coke, m.58), Éver Banega, Vitolo; Bacca (Gameiro, m.75)
Fiorentina, 0: Neto; Tomovic (Richards, m.46), Savic, Gonzalo Rodríguez, Marcos Alonso; Matías Fernandez, Badelj (Pizarro, m.68), Borja Valero; Joaquín, Mario Gómez (Ilicic, m.80) y Salah
Goles: 1-0, m.17: Aleix Vidal; 2-0, m.52: Aleix Vidal; 3-0, m.75: Gameiro
Árbitro: Felix Brych (Alemania). Mostró tarjeta amarilla a Carriço (m.46) y Krychowiak (m.83), del Sevilla; y a Marcos Alonso, Borja Valero (m.78) y Gonzalo Rodríguez (m.94), de la Fiorentina
Incidencias: Partido de ida de semifinales de la Europa League disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de 40.000 espectadores, entre ellos unos 1.500 italianos. Terreno de juego en buenas condiciones