Rubén Castro ha vuelto y lo ha hecho a lo grande. Hat-trick, emotivo abrazo y lágrimas con Pepe Mel y el Betis colíder junto a Las Palmas. Es mejor hablar de lo ocurrido sobre el césped porque el delantero bético perdió una gran oportunidad de firmar una mañana memorable condenando los cánticos a favor del maltrato. No lo hizo en ese momento, sí después "rechazando cualquier tipo de violencia". Debió hacerlo antes.
La goleada del Betis sobre el Valladolid dejó un gran sabor de boca en el Benito Villamarín, mucho más todavía teniendo en cuenta que el Sporting empató a uno contra Las Palmas en Gijón, lo mejor para el Betis, y el Girona perdió ante la Ponferradina, todavía mejor para los de Pepe Mel. En Sevilla están de celebración y los amantes de la lucha por el ascenso, también. Cinco equipos en dos puntos.
No están para celebrar nada en Zaragoza salvo la capacidad goleadora de Borja Bastón, que sigue marcando. Perdieron en Mallorca, Pedro fue expulsado, están fuera del playoff y, según el acta, el entrenador Popovic propinó un puñetazo en un lugar delicado al delegado del Mallorca. Los entrenadores en Segunda llevan unas jornadas demasiado polémicas.
La maestría de Julio Álvarez en la faltas, la mala racha del Alcorcón en Santo Domingo y la casta del Llagostera a la hora de subir posiciones forman lo más destacado de una apretada zona media. Pasar de una zona cómoda a pelear por el playoff puede estar a dos únicas victorias.
En la parte más peligrosa, la ansiedad se mide por centímetros, por pulgadas. Hay que ganarlas partido a partido y el que no lo hace carga su mochila con demasiado peso. Es el caso de equipos como Osasuna, Barcelona B o Recreativo, incapaces de recuperar viejos laureles.
En la próxima jornada tampoco hay derecho a pestañear. Sólo por arriba ya hay una final: Las Palmas-Betis. Primero contra segundo con toda una jauría esperando el fallo.