Miércoles, 4 de marzo de 2015. Estadio St. James’ Park. Vigésimo octava jornada de la Premier League. Cuando pasan unos minutos sobre las diez de la noche, John Carver, técnico del Newcastle, se prepara para hacer su segundo cambio, en el partido que enfrenta a las `Urracas´ ante el Manchester United. Aparentemente, un hecho que ocurriría en cualquier partido sin mayor trascendencia. Pero no es una sustitución normal. El jugador que se prepara para ingresar en el terreno de juego es el argentino Jonás Gutiérrez, que volverá a sentirse futbolista profesional tras once meses apartado de la actividad tras continuar su batalla contra el cáncer.
Como no puede ser de otra manera, y pese a las idas y venidas de Gutiérrez con el propio club, que se negó hasta en dos ocasiones a sufragar su tratamiento contra un tumor testicular, las 49.801 personas que copan las gradas de St.James’ Park, se ponen en pie para propinar al `Galgo´ un recibimiento colosal. Más allá de un futbolista de su propio equipo, acaba de hacer su aparición un luchador, alguien con una vida compleja y de necesaria superación casi desde el minuto cero. La cerrada ovación es más que merecida.
"Recordaré esta acogida durante el resto de mi vida", declaraba tras el partido en sudamericano, en declaraciones a la BBC. Posteriormente, añadía: "estoy realmente feliz del apoyo que me han dado hoy y durante toda mi enfermedad", una ayuda que no sólo ha llegado desde los seguidores del club del norte de Inglaterra, sino de una forma global, como el propio jugador admitía, emocionado: "El apoyo que he tenido de clubes de todo el mundo, sin importar el color de su camiseta, realmente me ayudó a seguir luchando". Pero la polémica ha envuelto la enfermedad de Gutiérrez desde el primer momento, por la citada negativa inicial del Newcastle a ayudarle con el coste del proceso, hecho que obligó incluso al club a emitir un comunicado desmintiendo tal situación.
Fue seguramente el momento más emotivo en la carrera del ex jugador del Mallorca, a quien otro viejo conocido de la liga española, su compatriota Fabricio Coloccini, detuvo en su carrera hacia la banda izquierda del ataque de su equipo para colocarle el brazalete de capitán del Newcastle, ante la emocionada mirada de su familia, padres y hermana, desde la grada. Gutiérrez llevaba ya varios meses con una actividad competitiva importante, desde que el 22 de diciembre disputara su primer partido tras su recaída con el equipo sub 21 del Newcastle, pero no fue hasta ayer cuando disputó sus primeros minutos oficiales con el equipo de John Carver.
La fiesta no pudo ser completa, pues un gol de Ashley Young en el minuto 89 dio los tres puntos al United. Sin embargo, seguramente será el partido más inolvidable para Jonás Gutiérrez. El día que, quizá definitivamente, ganó la batalla al cáncer.