El Oporto en su totalidad, directiva, cuerpo técnico y afición, han quedado deslumbrados con Óliver Torres. Se esperaba mucho del canterano del Atlético de Madrid en su llegada a Do Dragao, pero los resultados han superado cualquier expectativa creada en un inicio. Todo el mundo está encantado con él y no quieren perderlo.
Óliver Torres llegó en verano de 2014 al Oporto cedido por parte del Atlético y sin opción de compra. En ese aspecto, el conjunto rojiblanco fue previsor y no quiso incluir una opción de compra en el contrato de cesión, algo que el Oporto sí hubiese querido concretar. En la ribera del Manzanares son conscientes de la calidad de su joven jugador y contaban con su explosión en un equipo que le prometía minutos y un papel importante dentro del mismo.
En los últimos días se ha relacionado a Brahimi con el Atlético de Madrid, pero desde el conjunto luso sólo piensan en Óliver Torres y en el Calderón, por ahora, no ven prioritario lanzarse a por el ex del Granada. En Do Dragao creen que Óliver no tendría hueco en el futuro más inmediato del Atlético con hombres como Koke, Arda Turán, Saúl o incluso Cazorla, que interesa a los rojiblancos.
La cláusula del canterano ronda los 25 millones de euros y tiene contrato hasta 2018. El Oporto es un club que suele vender muy caro y fichar barato, por esa razón gastarse más de 20 millones en un jugador no es su forma habitual de actuar. Por otro lado, el Atlético no quiere desprenderse de una de sus joyas. El entorno del jugador reconoce que Óliver es feliz en Oporto, pero que su idea no pasa por abandonar definitivamente el Calderón.
Simeone quiere tener calma con el jugador extremeño y aceptó que Óliver fuese cedido primero al Villarreal y luego al Oporto, pero no pasa por su cabeza desprenderse de él. Parece poco probable que finalmente se produzca el traspaso aunque no se descarta más tiempo de cesión. Lo que está claro es que el club luso intentará probar fortuna en el mercado veraniego, primero con el traspaso y luego con la cesión.