Venían de caer eliminados de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid, y aun así, los jugadores del Real Madrid salieron al terreno de juego como el tiempo. Fríos, como si no fuera un partido importante. Pero lo cierto es que los blancos vencieron al Getafe sin demasiado sufrimiento. Dio la sensación de que jugó y ganó cuando quiso y como quiso. No conseguían ganar andando como hicieron en la primera mitad, así que les tocó correr y sudar en la segunda mitad, donde se vieron las diferencias reales entre los dos clubes.
El líder no está ahí por casualidad. El Real Madrid es campeón de invierno por méritos. Parece que las 22 victorias consecutivas son del siglo pasado pero no ha pasado ni un mes de su triunfo en el Mundial de Clubes en Marruecos. Han bajado el ritmo, muchos jugadores están cansado pero la realidad, es que tienen una superioridad insultante sobre el 80% de equipos en España.
Primera parte de balada
A ritmo de una balada de Pablo Alborán, el Real Madrid no creó a penas peligro en la primera mitad. Era imposible sorprender con velocidad de crucero a un equipo tan defensivo como el Getafe. Es un error que está repitiendo el equipo de Ancelotti en los últimos encuentros. Sus jugadores no entran mentalizados desde el primer minuto. Parece que van sobrados y andando no ganan a nadie o casi nadie.
Y a esta falta de actitud, hay que sumarle la carencia de ideas en ataque. Como ya pasó ante el Atlético de Madrid, se están limitando a jugar al contraataque y a centrar balones desde las dos bandas. Así es difícil sorprender a sus rivales. El Madrid no tiene excelentes rematadores de cabeza y es complicado jugar a la contra cuando el Getafe tiene a seis o siete defensas dentro del área.
Así sólo vimos tres ocasiones claras en la primera mitad. Un remate de Marcelo por encima de la portería, un disparo de Isco a la escuadra que detuvo bien Codina y la más destacada, un chut de Kroos al larguero en el último minuto de la primera mitad.
El Real Madrid estaba congelado en muchos sentidos. Faltaba creatividad y movimientos en la zona de ataque. Ronaldo y Bale no aparecían, James se ahogaba en a banda izquierda sin velocidad y regate y sólo Isco daba algo de alegría a un juego lento y previsible.
Segunda parte de Rock and Roll
En el vestuario, el Real Madrid cambió de música. Dejaron a Pablo Alborán en el descanso y salieron al ritmo de Elvis Presley, de un buen rock and roll. Tuvieron el balón pero sobre todo, tuvieron actitud y con esta buena reacción, llegaron decenas de ocasiones. Llegó la normalidad porque Getafe y Real Madrid a día de hoy, son polos opuestos. Los blancos acumulan 47 puntos con un partido menos, los azulones 17 puntos, nueve partidos sin ganar en liga y con opciones de terminar la jornada en puestos de descenso.
La jugada clave del partido llegó en el minuto 62. Marcó Ronaldo pero la genialidad la firmó Benzema que calcó una jugada similar a la que hizo Butragueño ante el Cádiz o Iniesta en Bruselas con España. El francés entró en el área, no tenía compañeros y si muchas piernas rivales, se marchó hasta la línea de fondo y con una maniobra rápida y técnica, dribló a Codina para asistir a Ronaldo que sólo tuvo que empujar el balón tras leer muy bien el desmarque.
A raíz del gol, el Getafe empezó a dejar los espacios que el Madrid no pudo disfrutar hasta entonces. A los dos minutos del primer tanto, llegó el gol de Bale. James coge la espalda de su defensor y centra al segundo palo donde aparece Bale que define con sutileza con la pierna izquierda. Era la séptima asistencia del colombiano en liga, pero no la última. El tercer tanto también llegó de las botas de James que asistió a Ronaldo que batió de cabeza a Codina.
El portugués admitió no estar en su mejor momento tras el partido ante el Atlético de Madrid. No lo está, tampoco estuvo bien en Getafe pero se marchó con dos goles y reafirmando su solitaria candidatura para el pichichi con 28 tantos.
¿Y los cambios Ancelotti?
El Real Madrid puede estar acusando el cansancio en los últimos partidos. Explicación o teoría que llega ante la falta de rotación en la plantilla. Ancelotti no está confiando en su segunda línea y con la eliminación en Copa de Rey, da la impresión de que lo hará aún menos.
Ya son varios encuentros en los que el técnico italiano tiene calentando la banda durante muchos minutos a sus suplentes. Él está en su derecho pero la excelente dinamica de grupo puede verse afectada si algunos futbolistas no se ven involucrados en el proyecto y consideran una falta de respeto no jugar casi nunca o nunca. Khedira, Illarramendi, Chicharito y Jesé pueden dar respiro a algún titular. Lo que es indiscutible es que con esta regla de no rotar, Ancelotti está devaluando su propia plantilla.