El Sevilla ha goleado (4-0) con facilidad al Granada, entregado desde el inicio hasta la conclusión del choque y que se centra en superar su delicada situación en la Liga, mientras que su rival piensa ya en el Espanyol, adversario al que se medirá en los cuartos de final de la Copa del Rey, después de que los periquitos dieran la sorpresa este martes al dejar en la cuneta al Valencia.
El equipo hispalense salió concentrado y con ganas de mandar pese al 1-2 logrado en la ida y lo renovado del once inicial, con muchos hombres que el próximo domingo no serán titulares en este mismo escenario ante el Málaga.
Los de Unai Emery dejaron la eliminatoria vista para sentencia en la primera media hora con los tantos de Kevin Gameiro (m.18), tras un gran gesto técnico después de un pase de Fernando Navarro, y de Iago Aspas (m.28), con un buen remate de cabeza. El Sevilla bajó un poco el ritmo al final de la primera parte y se vio entonces algo al Granada por las inmediaciones de la portería defendida en esta ocasión Sergio Rico, pero nunca con sensaciones de peligro.
Un fuerte remate de Gameiro a los diez minutos de la reanudación, con colaboración del meta Roberto, puso el tercero en el marcador para los sevillistas, mientras que el 4-0 definitivo lo firmó Denis Suárez con media hora por delante (m.64). El partido se le hizo entonces muy largo al Granada, que luchó para que la goleada no fuera de escándalo y centrarse ya exclusivamente en la Liga.
El Celta llevó el miedo a San Mamés
Por su parte, el Celta de Vigo ha rozado la hazaña en San Mamés al imponerse al Athletic de Bilbao por 0-2, pero al final le ha acabado pesando el 2-4 encajado la semana pasada en Balaídos. Por tanto, es el equipo de Ernesto Valverde el que avanza a cuartos de final. En esa ronda, los rojiblancos se medirán al Málaga, verdugo el martes del Levante, con lo que habrá tres enfrentamientos entre vascos y andaluces en apenas ocho días, contando el que les medirá en San Mamés el próximo domingo 25 de enero.
Como ocurriera en la ida en Vigo, el resultado final ha sido mucho castigo para el equipo derrotado, que ha jugado al menos para no perder, y quizás demasiado premio para los celestes, que se han encontrado con dos goles: de Xabi Etxeita en propia puerta y de Fabián Orellana, de penalti, en dos jugadas singulares.
Los tantos del Celta llegaron en el primer cuarto de hora de la segunda mitad, con lo que el cuadro gallego tuvo media hora por delante para soñar con remontar la eliminatoria ante un Athletic al que le entró pánico, si bien Aduriz también tuvo una buena ocasión en la recta final para haber marcado el primer tanto de los bilbaínos.
Giovani, el más listo de todos
Por su parte, el Villarreal ha empatado a dos goles ante la Real Sociedad en Anoeta, donde ha hecho valer el triunfo por la mínima de la ida (1-0), para pasar tras un partido en el que sufrió poco y que terminó con uno menos por la expulsión de Mateo Musacchio.
La Real quiso pero no pudo en la primera parte, si bien los primeros en golpear fueron los amarillos con el tanto de Gerard Moreno. Pudo sentenciar Moi Gómez después y, en el siguiente ataque, al filo del descanso, empataba Carlos Vela para la Real, al aprovechar el balón que dejó Asenjo tras su intervención después de un cabezazo de Agirretxe.
El Villarreal hizo el 1-2 a veinte minutos para el final, en una jugada sin mucho peligro que complicó la falta de entendimiento entre Íñigo y Yuri para que Giovani dos Santos, el más listo de todos, se llevara el balón y batiera a Rulli. Inmediatamente empató la Real en la mejor jugada del encuentro: una preciosa y larga combinación que culminó Granero después de una asistencia de Vela con la que dio esperanza a la afición local. Pero no hubo lugar para la sorpresa, porque el submarino amarillo se mostró muy sólido y no concedió ocasiones para un tercer tanto que habría llevado la eliminatoria a un final con más de suspense.
Sopor en Getafe
El Villarreal se encontrará ahora con el Getafe, que sellaba su pase a la siguiente ronda tras derrotar al Almería (1-0) en el Coliseum Alfonso Pérez, merced a un tanto de Álvaro Vázquez. Lo hizo gracias a la aparición de Pablo Sarabia, que salió en la segunda parte para animar un partido tedioso, como se esperaba.
Y es que el poco público presente en el Coliseum -apenas unos 3.000 espectadores- tuvo que armarse de paciencia para soportar uno de los choques más soporíferos de todo el curso. Y el clima tampoco acompañó. El frío dejó helada a una hinchada que bostezó durante los 90 minutos. Tanto Juan Ignacio Martínez, técnico visitante, como Quique Sánchez Flores, el nuevo entrenador azulón, reservaron a sus mejores jugadores para empresas futuras más importantes.