El Mundial de Clubes que estos días se disputa en Marruecos está resultando un auténtico fracaso a nivel organizativo.
Para empezar, este pasado fin de semana la FIFA decidió cambiar la sede de la primera semifinal del torneo entre el Cruz Azul mexicano y el Real Madrid. El partido debió jugarse en un principio en el estadio Moulay Abdellah de Rabat, pero las fuertes lluvias caídas en esa ciudad en los últimos días, dejando el césped en un estado lamentable, llevaron al organismo rector del fútbol mundial a trasladar el choque al Gran Estadio de Marrakech.
Aunque los aficionados podían acceder con la entrada del estadio de Rabat al de Marrakech, muchos de ellos no pudieron desplazarse a la ciudad situada al pie del Atlas. Entre otras cosas por la negligencia de la FIFA a la hora de comunicárselo al público general, tal y como denunció en los micrófonos de esRadio el presidente de la peña madridista La Gran Familia, Gerardo Tocino.
Ante este caos, el organismo mundial ha decidido reintegrar el precio de las localidades a los seguidores que se quedaron sin poder presenciar el Cruz Azul-Real Madrid (0-4). Ahora, el club blanco comunicará el procedimiento para la devolución de las entradas.
Lo cierto es que para este martes se esperaba un lleno absoluto en Rabat, con unos 46.000 espectadores en las gradas del Moulay Abdellah, y al Gran Estadio de Marrakech sólo acudieron finalmente 34.862 espectadores según datos oficiales de la organización. Es decir, 11.138 localidades menos que han sido devueltas y que la FIFA ha tramitado en las últimas 48 horas.
Insólito que para ver al Madrid, con toda la gran expectación que ha desatado en Marruecos, no hubiera lleno en las gradas.
Así, cabe destacar que partidos de la edición del año pasado como el Bayen de Múnich-Raja Casablanca (37.774), Raja Casablanca-Atlético Mineiro (35.219) o Al-Ahly-Monterrey (35.219) superasen en número de espectadores al actual campeón de Europa.