Ched Evans era un prometedor delantero galés que había comenzado a despuntar en el fútbol británico e incluso ya había llegado a la selección de su país. Por eso, el Sheffield United pagó cuatro millones de euros por el fichaje de un jugador que estaba llamado a hacer grandes cosas en la Championship inglesa.
Todo cambió en el año 2011 cuando fue detenido por la presunta violación de una joven de 19 años en una habitación de hotel en Rhyl. Evans admitió haber tenido relaciones sexuales con ella pero aseguró que fueron consentidas, algo que no consideró el juez que lo condenó a cinco años de cárcel en 2012.
Cumplida la mitad de su pena, Evans ha salido de prisión con el objetivo de volver a jugar al fútbol. La polémica se ha desatado en Inglaterra al conocer que Sheffield United ha admitido su regreso a los entrenamientos con el apoyo expreso del sindicato de futbolistas y estudia su incorporación oficial. Además, una gran parte de los aficionados del equipo ha coreado su nombre en el estadio, algo que ha colmado la paciencia de Charlie Webster.
Más de 150.000 firmas
La exmodelo y presentadora de televisión, de 32 años, ejercía como patrona del club pero ha decidido dimitir de su cargo. "No creo que un convicto por violación como Evans deba volver al club del que soy patrona y debe representar los valores de su comunidad. Representa un mal modelo, que puede influir en la próxima generación de hombres jóvenes que ahora mismo están decidiendo cómo van a tratar a las mujeres a lo largo de su vida", ha afirmado en la cadena BBC.
El Sheffield, ahora en la tercera división inglesa, se enfrenta a la presión social de las más de 150.000 firmas recogidas en contra de la readmisión del jugador que nunca llegó a pedir perdón a la víctima y siempre ha defendido que es inocente porque fueron unas relaciones consentidas. Evans ha conseguido que se reabra el caso y está intentando recoger nuevas pruebas que acrediten que no cometió ningún delito.
La noticia se ha extendido por toda Gran Bretaña y la división de opiniones es patente. Las encuestas realizadas por varios medios reflejan la tensión entre quienes defienden el derecho a la reinserción y quienes creen que no puede volver a ejercer una profesión con una influencia social tan grande como la de futbolista.