Después del fracaso que supuso caer eliminados con Croacia y decir adiós a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y la próxima Eurocopa, en la que se habían ganado los dos últimos títulos, la selección española sub-21 comenzaba una nueva andadura con un duelo ante Bélgica en el que el fiasco ha despertado todas las alarmas. El combinado que dirige Albert Celades cayó goleado en El Ferrol (1-4) y en vez de disipar dudas, acrecentó los problemas a los que tiene que poner solución el técnico.
Era el momento de poner fin a la decepción sufrida por la inesperada eliminación de una generación que cerraba su etapa en la sub-21 y abrir paso a una nueva hornada de futbolistas. Celades apostó por llevar hasta nueve caras nuevas: Óscar Whalley (Zaragoza), David Costas (Celta de Vigo), Jaime Sánchez y Álvaro Medrán (Real Madrid), Sergi Samper (Barcelona), Moi Gómez (Villarreal), Víctor Camarasa (Levante) y Carlos Castro (Sporting de Gijón). Denis Suárez, Kepa, Munir, Sandro, Gayá, Deulofeu y Saúl Ñíguez se han quedado como los veteranos de un grupo que debe empezar de cero, pero las sensaciones ante los belgas no fueron buenas.
El equipo, errático y sin suerte de cara a portería, sucumbió ante un rival que se mostró más efectivo y mucho más asentado sobre el campo. Celades no ha conseguido dar con la tecla correcta desde que cogió las riendas de la selección, tras la marcha de Julen Lopetegui. Por delante, quedan dos años para volver a formar un equipo competitivo que, sobre todo, pueda nutrir de jugadores a la absoluta, algo que a día de hoy está muy lejos.