En plena polémica sobre dónde jugarían los equipos catalanes en el caso de una Cataluña separada de España, ha salido a la luz el curioso caso de un equipo de fútbol del Valle de Arán que nunca quiso jugar allí y pasó a formar parte de las competiciones francesas.
Se trata de la Unió Esportiva Bossost, un club catalán que juega en Francia desde la década de 1920 y nunca se ha planteado un escenario distinto que el de jugar en territorio galo. Enclavado en pleno Valle de Arán, los tratos comerciales germinaron una estrecha relación de los habitantes de Bossost con los vecinos al otro lado de la frontera. De hecho, fue el francés Manuel Huguet el que fundó un club que se nutrió de mineros.
Los problemas de comunicaciones con el resto de Cataluña en la primera parte del siglo XX dejaron prácticamente aisladas a todas las poblaciones, que encontraron en los franceses a los vecinos más cercanos. Tras una primera etapa con equipación negra, la UE Bossot tomó los colores verde y blanco para su equipación y, aunque el club siempre se ha mantenido en categorías amateur, es una de las pocas excepciones que permite la FIFA para jugar competiciones fuera del estado.
Con el avance de la comunicación terrestre, el desplazamiento hacia el resto de Cataluña ya no supone un problema, pero desde el equipo alegan que las distancias con Francia son más cortas. Ni siquiera la deriva separatista catalana ha cambiado la opinión de una región que no se plantea abandonar España.