Luis Suárez vuelve a estar de moda. A un mes para su reaparición en partido oficial, el delantero uruguayo del Barcelona sigue ejercitándose a las órdenes de Luis Enrique. Espera regresar en el clásico del próximo 25 de octubre contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Para entonces ya habrá cumplido la sanción de cuatro meses que le impuso la FIFA por su mordisco al italiano Chiellini en el Mundial de Brasil.
No puede jugar aún el Conejo partidos oficiales pero sí amistosos. Por ejemplo, el que disputó este miércoles con el filial azulgrana frente a la selección sub-19 de Indonesia (6-0). Un encuentro en el que el charrúa marcó dos goles -los primeros con la camiseta barcelonista-, aunque también lució un evidente sobrepeso.
El asunto de la figura de Suárez ha sido tratado en medios como Cuatro y La Sexta, que señalan que el delantero está "más gordo de lo normal", con "algo de baja forma tras la inactividad". Unos comentarios que han irritado a la prensa afín al Barça, que no ha dudado en salir en defensa del uruguayo y atacar a la "caverna mediática".
En un artículo en el portal ftbpro.com, Carlos Meneses asegura que "la caverna mediática merengue ha aprovechado la ocasión para comenzar su particular campaña de desprestigio contra Suárez. Miedo, envidia, canguelo... En Madrid ya se han dado cuenta del potencial del ex del Liverpool y han cargado contra él duramente".
Así, Meneses añade que "ya sabemos cómo programas como Jugones, El Chiringuito de Jugones, Deportes Cuatro o Punto Pelota, todos afines al presidente Florentino Pérez, tratan estas cuestiones cuando se trata del eterno rival". La polémica está servida.
Enfrentamientos al margen, lo que sí parece claro es que Luis Suárez tendrá que ponerse las pilas para recuperar el estado de forma, y también la figura, si quiere entrar en los planes de Luis Enrique. La falta de ritmo de competición, la ansiedad por la situación vivida y el hecho de no estar plenamente integrado en la rutina de entrenamientos y de alimentación del club, han sido claves en este aumento de peso experimentado por Suárez, un jugador por el que el Barça ha pagado este año la friolera de 81 millones de euros.