El entrenador del Maccabi de Tel Aviv, el español Óscar García Junyent, decidió abandonar la dirección del campeón de Israel debido a la guerra en la Franja de Gaza, según ha confirmado este martes el club en un comunicado.
El exfutbolista del Barcelona y el Espanyol, entre otros equipos, deja el conjunto macabeo junto a sus dos ayudantes, Rubén Martínez y Fran Sánchez, apenas dos días antes de que este dispute el trascendental partido de vuelta de la Europa League con el Asteras Trípoli griego, al que llega con una desventaja de dos goles a cero.
"Quiero agradecer a Óscar por todo lo que hizo por nosotros. Él lleva el club en el corazón pero las circunstancias llevaron a cambios en los planes y este tipo de cosas suceden en la vida", explicó el propietario del club, Mitch Goldhar, que le deseó "éxito en el futuro".
La prensa israelí asegura, no obstante, que existe malestar en el equipo por la decisión del catalán, incluido su excompañero en el FC Barcelona y actual director general, Jordi Cruyff.
Cruyff admitió este martes en rueda de prensa que fue "una decisión por motivos personales que hay que respetar. No es momento de entrar en pequeños detalles personales", afirmó antes de subrayar que tampoco es cuestión de mirar atrás sino "concentrarse en el futuro y seguir adelante".
La prensa israelí eplica que en la decisión ha pesado la opinión de la esposa de Óscar García, que el abandonó Israel después del lanzamiento de cohetes desde la Franja se intensificaran en los últimos días en las áreas cercanas a Tel Aviv y tras un incidente cuando iba en coche con su hija.
El sustituto del catalán será otro español, Paco Ayestarán, que fue ayudante de Rafa Benítez en el Liverpool y el Valencia, y que aún no se sabe si asumirá las riendas el jueves en un partido en el que el Maccabi tiene que remontar.
"Entre los muchos candidatos para el puesto, elegimos a Paco Ayestarán. Me lo recomendaron y me causó una gran impresión en las conversaciones que tuve con él", afirmó Goldhar, citado por el diario local One.
Óscar García llegó al Maccabi de Tel Aviv hace dos temporadas de la mano de Jordi Cruyff con el objetivo de trasladar el modelo culé al campeón judío.