La selección alemana, flamante campeona del mundo en Brasil 2014, se ha dado este martes un baño de multitudes en Berlín, donde fue recibida por cerca de medio millón personas que acompañaron a los suyos en un autobús descapotable por las calles de la capital alemana y en el final de fiesta que tuvo lugar en la Puerta de Brandenburgo.
Tras la conquista este domingo de la cuarta estrella para Alemania, en una final ante Argentina que se decidió en la prórroga con un gol de Mario Götze en el minuto 113, los de Joachim Löw fueron recibidos como héroes por una multitud eufórica, ondeando banderas y vistiendo los colores nacionales en medio de los festejos.
El capitán Philipp Lahm fue el primero en bajar del avión este martes porla mañana, en el aeropuerto Tegel de la capital germana, sosteniendo sobre la cabeza el ansiado trofeo dorado de campeones del mundo. El mediocampista Bastian Schweinsteiger, envuelto en una bandera de Alemania, salió justo detrás de Lahm.
Cerca de medio millón de personas esperaban en la denominada milla de los aficionados de Berlín, un tramo de 1,3 kilómetros de la calle que va del oeste de la capital a la emblemática Puerta de Brandenburgo, para una fiesta multitudinaria.
Allí, la plantilla alemana hizo las delicias de los aficionados, vestidos con camisetas de Alemania, muchos con la cara pintada de negro, rojo y dorado, y algunos con pelucas y pañuelos con los colores nacionales. Cánticos, bailes, saltos y mucha euforia en una plantilla que se coronó el pasado domingo en Maracaná.