Como si de una tradición de la FIFA se tratara, el premio al mejor jugador del Mundial ha recaído en un futbolista de la selección que no ha ganado la final. Si hace cuatro años la Bota de Oro se la llevó Diego Forlán, delantero de Uruguay que acabó tercera, en esta ocasión, el elegido mejor jugador del torneo ha sido el argentino Leo Messi.
Criticado por los bajos guarismos, el astro argentino subió al palco de Maracaná a recoger el premio "Adidas Golden Ball" al mejor jugador del Mundial. Un premio patrocinado por la marca alemana, de la que Messi es uno de sus mayores iconos publicitarios.
Messi ha acabado el torneo anotando 4 goles: uno ante Bosnia, otro ante Irán y dos ante Nigeria. Los cuatro tantos en la fase de grupos. Después, en octavos desaparecido y en cuartos le puso el balón en bandeja a Di María para clasificar en la prórroga a Argentina a semifinales. Una semifinales en las que también pasó sin pena ni gloria, aunque anotó el primer lanzamiento de su selección en la tanda de penaltis decisivos.
Un premio, el Balón de Oro, que no parece ser merecido por el bajo nivel de mostrado por él mismo y por su selección. De hecho, el último balón que tocó el 10 argentino fue un lanzamiento de falta que se marchó alto, muy por encima de la portería defendida por Neuer.
Finalmente, el balón de plata se lo llevó el delantero alemán Thomas Müller, autor de cinco tantos y decisivo en el devenir de la selección campeona; y el balón de bronce para el holandés Arjen Robben, cuya selección finalizó tercera.
Neuer, elegido Golden Glove
Junto a Messi subió el propio Manuel Neuer a recoger el premio como mejor portero del Mundial. Decisivo en su posición de portero-líbero, el guardameta del Bayern de Múnich ha sido el mejor del torneo bajo palos, superando al costarricense Keylor Navas y al argentino Sergio Romero.