Con la presión de todo el país y un gobierno que necesita hacer olvidar las protestas sociales, la selección de Brasil se ha convertido en un hervidero de tensión, que llegó a su momento álgido con el sufrimiento que supuso lograr el pase a los cuartos de final del Mundial en los penaltis ante Chile.
La moral de los jugadores brasileños está frágil y la presión empieza a hacer mella en su juego. Por ello, el seleccionador, Luis Felipe Scolari, ha decidido llamar a la psicóloga Regina Brandao para tratar la ansiedad que ha atenazado a los futbolistas.
La psicóloga trabajó con la selección durante toda la preparación del torneo pero ha tenido que regresar de urgencia a Teresópolis para afrontar uno de los momentos más delicados de la Canarinha. Brandao se encargará de gestionar las emociones de unos futbolistas que derramaron lágrimas antes de los penaltis contra Chile, atemorizados por lo que suponía caer eliminados en el Mundial del que son anfitriones.