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Di María y el palo salvan a Argentina ante Suiza en octavos del Mundial

El Fideo marcó el tanto de la victoria de la Albiceleste a tres minutos del final de la prórroga. Un palo en el 120 evitó el empate helvético.

El Fideo marcó el tanto de la victoria de la Albiceleste a tres minutos del final de la prórroga. Un palo en el 120 evitó el empate helvético.
Di María celebra su gol a Suiza.

A sólo tres minutos. Ahí se acabó el sueño de una Suiza que no dejó de nadar durante todo el partido y la prórroga ante una Argentina que sigue sin ofrecer buen juego. A sólo tres minutos de llegar a la tanda de penaltis, a la lotería. A sólo de tres minutos de ver los cuartos más cerca. Y en el último segundo, un palo les golpea y les devuelve a la realidad.

Así se quedó Suiza. A las puertas de una opción más que realista de pasar a cuartos de final de un Mundial sesenta años después. Pero Argentina, con la suerte de los campeones, se llevó una trabajada victoria. Incluso merecida, a tenor de lo visto en el partido.

Sobraron los primeros 90 minutos

Aunque más que en el partido, a tenor de lo visto en los últimos 30 minutos, los de la prórroga. Porque los primeros 90 casi que sobraron. Soporíferos. Argentina no juega a nada, y tiene que llegar un momento en el que espabile o Messi no será suficiente. Y Suiza tenía las ideas muy claras. El crack del Barcelona no podía recibir el balón sólo. Un plan que funcionaba. Pero claro, si no está Messi, no está Argentina. Atrae tanta atención que hasta sus compañeros no arrancan si él no se pone en funcionamiento.

Suiza, como un reloj casero de su país, movía todas las teclas a la perfección, sin errores. Pero una brillaba por encima de todas, Shaqiri. El del Bayern de Múnich jugaba a su antojo. Desquiciando a cuanto argentino se asomara por ahí. Eso provocó que el partido se volvería incluso duro, ya que a ninguna selección le gustaba que la otra le hiciera regates en su cara. Di María fue el más apaleado. Lavezzi también se llevó alguna patada. Y mientras, Shaqiri seguía bailando con el cuero en sus pies.

Una Suiza que arrancó con la triste noticia del fallecimiento del hermano mayor de Hitzfeld, técnico de los helvéticos. Esa noticia le dio alas a sus jugadores, pero no podían encontrar el gol.

Benaglio salvó a Suiza

Dicen que este Mundial está siendo el de los porteros. Romero, el de Argentina, tuvo trabajo en la primera parte, sacando dos: a Xhaka y a Drmic, cuando éste se quedaba sólo y la pico fatal. Benaglio, el de Suiza, salvó a los suyos. Primero con una mano abajo a Messi, espectacular. Después arriba a un cabezazo de Higuaín. E incluso en la prórroga a mano cambiado a un disparo envenenado de Di María. Todo valía para frenar a la albiceleste.

Sobraron 90 minutos. Porque el encuentro empezó de verdad a partir del 91, con la prórroga. Argentina entró en ese tiempo extra en tromba, buscando el gol de cualquier manera, intentando solucionarlo por la vía rápida. Pero Suiza, o más bien Benaglio, supo aguantar las embestidas. Y se levantaron éstos, espoleado por el público brasileño. Sí, animaban a Suiza y hacían olés con la sjugadas suizas. Incluso Shaqiri, desaparecido en la segunda parte, volvió a dejar muestras de su calidad con caño sensacional a Gago, que le dejó el recado típico de cuando pasan estas cosas.

Gol de Di María en el 117

Ya sólo quedaban 15 minutos. La gloria para los de Hitzfeld estaba ahí al lado. Era cuestión de aguantar. El infierno para los de Sabella se acercaba, y lo querían evitar. Unos firmaban los penaltis; los otros querían evitarlo.

Duros atrás, serios, sin errores. Así aguantaban los europeos todo el partido. Pero un robo de balón de Palacio sobre Lichtsteiner provocó la contra argentina. Como si del gol de España en el Mundial de Sudáfrica a Argentina se tratara. Minuto 117, uno después que aquel entonces. Palacio la suelta rápido para el bueno, que es Messi. Éste levanta la cabeza. Tiene a Higuaín delante que se abre a la derecha. Y entra por la misma zona Di María. Sigue Messi, que evita la tarascada clara de Schär al suelo. Había que pararlo. Por primera vez había recibido sólo, sin presión. Salta el envite y levanta la cabeza. Se la da a Di María, al que casi molesta Higuaín, y sutilmente, con el interior, desde el vértice del área suiza según ataca por la derecha, la cruza al otro palo. Gol. Pero no había terminado.

Palo de Suiza en el 120

Quedaba la réplica de los europeos. Primero un córner que ramata Benaglio, sí, el portero, de chilena. Pero le da mal y el balón le cae a Shaqiri que vuelve a centrar. Se detiene el tiempo en Argentina porque remata Dzemaili...al poste. Y el rechace, que le cae a él mismo, se marcha fuera para desesperación de los suizos. Tuvo otra Di María desde el centro del campo, sin portero, porque Benaglio habia subido a rematar. Pero no entró.

El partido acabó como uno de balonmano, con golpe franco. El Messi helvético, Shaqiri, lo intentó, pero su disparo se estrelló en la barrera. Como todo el sueño suizo. La pesadilla llegó al sonar el reloj. Como los que fabrican allí. Se detuvo el tiempo. Avanza Argentina, que se lo mereció por casta, no por juego. Se queda en la orilla Suiza, que puso el orden.

Ficha técnica

Argentina, 1: Romero; Zabaleta, Garay, Fede Fernández, Rojo (Basanta, m.105); Lavezzi (Palacio, m.73), Gago (Lucas Biglia, m.106), Mascherano, Di María; Messi e Higuaín
Suiza, 0: Benaglio; Lichtsteiner, Djourou, Schär, Ricardo Rodríguez; Behrami, Inler; Xhaka (Fernandes, m.66), Shaqiri, Mehmedi (Dzemaili, m.113); y Drmic (Seferovic, m.82)

Gol: 1-0, m.117: Di María
Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Amonestó a Xhaka, Gelson Fernandes, Rojo, Garay y Di María
Incidencias: Partidos de octavos de final del Mundial de Brasil 2014 disputado en el Arena Corinthians de Sao Paulo ante 63.255 espectadores

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