La tecnología puesta en marcha en el Mundial de Brasil ya ha demostrado su utilidad con tan solo diez partidos disputados en el torneo. En el minuto 48 del Francia-Honduras, Benzema remató sobre el poste y tras rebotar el balón sobre el guardameta Valladares traspasó la línea en un gol fantasma.
El colegiado del encuentro, Sandro Ricci, recibió el aviso del detector automático de goles en su reloj y decretó que el balón había traspasado completamente la línea de gol, con lo que resolvió cualquier duda posible.
El detector automático de goles está formado por 14 cámaras, con siete instaladas en cada área. Se registran todas las imágenes, alcanzando los 500 fotogramas por segundo, y en el momento que el balón traspasa la línea de gol, el colegiado recibe un aviso.