No por inesperada se puede decir que la victoria (1-3) de Costa Rica fue inmerecida ante Uruguay en el partido que abría el grupo D del Mundial de Brasil. Liderados por un gran Campbell, los centroamericanos consiguieron romper la ventaja inicial de su rival y dar la sorpresa con un triunfo que proclama el final de la tradicional inocencia del fútbol caribeño.
Costa Rica se cobró la venganza de la eliminatoria de clasificación para el Mundial de Sudáfrica de paso se dio una alegría que los más optimistas eran incapaces de imaginar. Y lo hizo rompiendo a Uruguay donde más le duele, derribando su fortaleza defensiva para dar la sorpresa y hacerse con un triunfo que deja a su rival en una posición tan inesperada como complicada. Si había una seña de identidad por encima de todas que definía a Uruguay en sus últimas participaciones en los grandes torneos, ésa era su solidez defensiva.
Sabían en el experimentado combinado celeste que comenzar bien un Mundial es importante y lo es más aún cuando compartes grupo con Inglaterra e Italia. Todo lo que no fuese ganar contra Costa Rica suponía empezar a cavar un agujero directo a la eliminación. Tardaron varios minutos en comenzar a tener el dominio de un choque que comenzó nervioso con la presión a la que sometía Costa Rica a los uruguayos.
Los centroamericanos, conscientes de ser la cenicienta de este grupo D, asumieron con convicción su papel conscientes de que jugar sin presión también puede ser un arma eficaz. Armados atrás con cinco defensores, trataron de asfixiar la salida de balón de su oponente y jugar todas sus bazas a la velocidad del exbético Joel Campbell. Uruguay lo fió todo a su poderío ofensivo, mermado por la baja de Luis Suárez, con Cavani y Forlán y las internadas del Cebolla Rodríguez. Sin llegar a tener el control, se encontró con un penalti tan claro como infantil, que se encargó de transformar Cavani.
Con los deberes a medio hacer, Uruguay confió en su experiencia y veteranía para cerrar el choque en la segunda mitad. Su oponente no había conseguido llegar con excesiva claridad, aunque había dado algún susto a balón parado, y era de esperar que hiciese alguna concesión en defensa que nunca llegó. Lo que parecía ser un partido controlado por los uruguayos terminó en un descontrol absoluto bajo el dominio de un espectacular Campbell, que sacó a relucir las carencias de los defensores charrúas.
Avisó Duarte en un remate completamente solo, en un error de marcaje, y quien no falló fue el propio Campbell que aprovechó otra descoordinación de Godín y Lugano en un centro desde la derecha para fusilar a Muslera y empatar el partido. Y a partir de ese momento, Uruguay terminó de descoserse en tres minutos. En ese instante Duarte volvió a poner en evidencia a la defensa con un cabezazo cruzado perfecto en el segundo palo que derribó por completo a su oponente. Cavani trató de asumir galones pero el equipo terminó de romperse y Ureña cerró el histórico triunfo de Costa Rica cruzando un pase perfecto de Campbell. La Cenicienta del grupo D derribó la fortaleza de una selección de Uruguay a la que ahora le toca remar con el viento en contra y el orgullo herido.
Ficha técnica
Uruguay,1: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Diego Godín, Martín Cáceres; Cristhian Stuani, Egidio Arévalo Ríos, Walter Gargano (Álvaro González, m.58), Cristian Rodríguez (Abel Hernández, m.75); Diego Forlán (Nicolás Lodeiro, m.58) y Edinson Cavani. Seleccionador: Oscar Washington Tabárez.
Costa Rica, 3: Keylor Navas; Cristian Gamboa, Oscar Duarte, Giancarlo González, Michael Umaña, Junior Díaz; Yeltsin Tejeda (José Cubero, m.73), Celso Borges, Bryan Ruiz (Marcos Ureña, 81), Christian Bolaños (Michael Barrantes, m.89) y Joel Campbell. Seleccionador: Jorge Luis Pinto.
Goles: 1-0, m.11: Cavani, de penalti. 1-1, m.55 Campbell. 1-2, m.57: González. 1-3, m.84: Ureña.
Árbitro: Félix Brych (Alemania). Mostró roja directa a Maximiliano Pereira (m.90+2) por una dura entrada a Campbell. Amonestó a Lugano, Gargano y Cáceres
Incidencias: Partido inaugural del Grupo D de la Copa del Mundo de Brasil 2014, disputado en el Arena Castelao, de la ciudad de Fortaleza ante 58.679 espectadores.