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Blatter y la FIFA, en el ojo del huracán

El máximo organismo del fútbol mundial celebra su Congreso anual en medio de las acusaciones de soborno en la elección de Qatar.

El máximo organismo del fútbol mundial celebra su Congreso anual en medio de las acusaciones de soborno en la elección de Qatar.
Joseph Blatter, presidente de la FIFA. | EFE

Este martes se celebrará el Congreso de la FIFA en el TransAmerica Expo Center de Sao Paulo. El acto, que se celebra anualmente para aprobar los estatutos y el informe anual del máximo organismo del fútbol, no tendría mayor relevancia si no fuese porque es la primera reunión después del escándalo de los presuntos sobornos de la candidatura Qatar para el Mundial de 2022.

La presión y el examen de los medios de comunicación han convertido el Congreso en un acto bajo lupa con Joseph Blatter, presidente de la FIFA, en el ojo del huracán. No solo serán los medios los que lo analicen. Quienes más preocupan a la FIFA son sus principales patrocinadores. Adidas, Sony, Visa, Coca-Cola, BP y Budweiser han pedido explicaciones públicas sobre el caso de los sobornos. Su petición es la de abordar a fondo el caso y depurar las responsabilidades sobre las supuestas irregularidades. El organismo no solo se juega su prestigio, sino el voto de confianza de una parte importante de sus fuentes de ingresos.

Sobre la mesa está la información desvelada por el diario británico The Sunday Times, que reveló que el exdirectivo de la FIFA Mohamed ben Hammam efectuó pagos por unos 5 millones de dólares -unos 3,7 millones de euros- a responsables del fútbol africanos para comprar el Mundial de 2022 para Qatar. Hammam, expresidente de la Comisión Asiática de Fútbol entre 2002 y 2011 y posteriormente apartado del fútbol entre acusaciones de corrupción, orquestó "una campaña encubierta" de sobornos para recabar apoyo a la candidatura de su país.

Sombras sobre Qatar

El escándalo no solo se limita a esos supuestos pagos. Desde el momento de su elección, las sombras sobre la designación de Qatar no han dejado de crecer. El propio Blatter admitió que el calor hace imposible la disputa del Mundial en verano y abrió la vía a jugar por primera vez en la historia el campeonato en invierno. Eso conllevaría modificar por completo los calendarios de todas las ligas locales para adaptarse a las nuevas fechas.

Pero lo que más revuelo ha levantado, además de los sobornos, son las numerosas denuncias sobre las condiciones laborales y sociales en las que viven los obreros encargados de levantar los estadios para el Mundial de 2022. Más de 400 trabajadores nepalíes podrían haber muerto ya en los trabajos de construcción y la proyección de estas cifras podría llevar a 4.000 muertes antes del comienzo del torneo. Hacinados en condiciones insalubres, sin electricidad ni agua caliente y sometidos a las altas temperaturas del país, estos inmigrantes deben someterse al sistema de la kafala, por el que cada trabajador está vinculado a quien lo contrata, que debe "patrocinarle". Largas jornadas de trabajo bajo el sol y sin apenas agua se unen a los retrasos en el cobro de los salarios.

Este Congreso no será igual que los demás para la FIFA y Joseph Blatter. Y la prueba está en el esmero con el que se ha preparado por parte del Comité Ejecutivo. Blatter es su presidente con el argentino Julio Grondona como primer vicepresidente y siete vicepresidentes entre los que se encuentran Platini y Ángel María Villar. Entre las líneas principales del Congreso está lanzar un mensaje unánime de apoyo al Mundial de Brasil. Está por ver si surgirán voces opositoras contra Blatter y si lograrán convencer a sus patrocinadores con una decisión convincente sobre los supuestos sobornos.

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