El Barcelona se encuentra en plena reconstrucción. Después de una temporada aciaga, con más sombras que luces, sin título alguno y en la que lo extradeportivo ha pesado sobremanera, el club azulgrana quiere caras nuevas que ilusionen a la afición y permitan al equipo volver a luchar por los trofeos.
El primer cambio pasa por el banquillo, donde Luis Enrique vuelve al Barça para hacerse cargo del primer equipo en sustitución del Tata Martino. La portería y el centro de la defensa, ante el adiós de Víctor Valdés y Carles Puyol, son puestos que preocupan a la secretaría técnica -donde ahora estará precisamente Puyi, a las órdenes de Andoni Zubizarreta-. Pero no los únicos.
Cesc Fábregas, que nunca ha terminado de sentirse querido por la afición barcelonista, está a punto de hacer las maletas para regresar a la Premier League tres años después -como le desvelaba Gerard Piqué a Vicente del Bosque a micrófono abierto, se irá al Chelsea "por 33 millones de euros"- y la retirada de Xavi Hernández está cada vez más cercana.
Así, el Barça ya parece haberle encontrado un recambio de lujo como Ivan Rakitic. Estaba claro que el fino mediapunta croata iba a abandonar el Sevilla después de su gran temporada, dando el salto a un grande del fútbol español, aunque era el Atlético de Madrid el que sonaba como destino más probable. Sin embargo, la entidad azulgrana parece tomar la delantera. De hecho, el diario alemán Bild asegura que el Barcelona ya ha llegado a un acuerdo con Rakitic por cinco temporadas, a razón de unos 8 millones de euros netos anuales. El precio de la operación, 20 millones.
Marco Reus, en la recámara
Pero Rakitic no es el único. Si acabara fallando el croata, el Barça también tiene en la agenda a Marco Reus, internacional alemán del Borussia Dortmund que, como Cesc, también puede jugar de falso nueve. Según el periódico Sport, el club ya tiene un acuerdo verbal con el futbolista y otros medios afirman que el Barça estaría dispuesto a ofrecer 40 millones de euros por el traspaso.