Havelange calienta las protestas en Brasil: "Todo lo que se podía robar, ya se robó"
La directora del Comité Organizador del Mundial, nieta del expresidente de la FIFA, critica las revueltas: "Debieron ocurrir antes".
Las palabras de la directora del Comité Organizador Local del Mundial de Brasil, Joana Havelange, nieta del expresidente de la FIFA Joao Havelange, han reavivado las protestas en este país a quince días del comienzo del campeonato. Havelange escribió en una red social que "lo que tenía que ser gastado, robado, ya fue hecho", en alusión a la preparación del Mundial.
Havelange no ha podido elegir peor momento para hacer estas declaraciones. Esta frase ha encendido aún más a una población que no ve con buenos ojos la celebración del Mundial. En los últimos días, se han contabilizado disturbios en siete ciudades brasileñas, cinco de ellas sedes del Mundial – Río de Janeiro, Salvador, Brasilia, Belo Horizonte y Sao Paulo-, y las huelgas son el pan de cada día.
La Caballería y el Ejército
En Brasilia, la policía cargó contra unas 2.000 personas que pretendían llegar al estadio donde se exhibe el trofeo por, lo que consideran, el elevado gasto público que ha supuesto la organización de este evento deportivo. Los manifestantes lanzaron piedras contra los policías y estos respondieron con gases lacrimógenos y tropas de Caballería.
En Salvador, donde España debutará frente a Holanda el 13 de junio, la huelga de los conductores de autobuses ha colapsado la ciudad afectando a casi 3 millones de personas. El malestar es palpable. Lo mismo ocurre en Río, donde el Ejército ha tenido que intervenir para frenar la ola de revueltas y proteger a la selección de Scolari. Un helicóptero sobrevuela los lugares de entrenamiento de la canarinha.
Pero Havelange no tuvo suficiente con admitir abiertamente que se ha "robado", sino que critica las revueltas. "Las protestas debieron ocurrir antes", escribió en su cuenta de la red social Instagram. "No apoyo ni comparto y no me vestiré de negro en ningún día del Mundial. Quiero que el Mundial ocurra de la mejor forma".
"Yo quiero más y quiero que quien venga de afuera vea un Brasil acogedor, que sabe ser gentil. Quiero que el que venga quiera volver. Quiero un Brasil lindo. Mi protesta contra la Copa será en las elecciones. Otra cosa: destruir lo que tenemos hoy no cambiará lo que será hecho mañana", añadió.
Una familia salpicada por la corrupción
La familia Havelange ha estado en más de una ocasión salpicada por la polémica. Joana es hija de Ricardo Teixeira, quien fuera presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol durante 25 años y que dimitió de su cargo en 2012 entre acusaciones de corrupción. Las mismas denuncias que persiguieron a su abuelo, quien abandonó incluso el cargo de presidente Honorario de la FIFA.
Joana Havelange, de 37 años, madre de dos hijos de 10 y 13 años y licenciada en Administración de Empresas, es la responsable de controlar un presupuesto de unos 65 millones de euros destinados a la organización del Mundial de Brasil. Una vez terminado el campeonato, dice que se dedicará a su familia y a prepararse un doctorado porque no le atrae continuar en la gestión deportiva.
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