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Bela Guttmann y una maldición de 52 años para el Benfica

El entrenador húngaro proclamó en 1962 que nunca más volverían a ganar un título en Europa.

El Benfica ha perdido siete de las nueves finales que ha disputado. | Corbis

La historia del Benfica siempre estará unida a la figura del entrenador húngaro Bela Guttmann. Fallecido en 1981, su leyenda sigue presente en el equipo portugués sobre el que pesa una maldición lanzada hace 52 años y vigente hasta ahora.

Guttmann, un trotamundos del fútbol que primero fue futbolista y luego dio el salto al banquillos, está considerado uno de los grandes innovadores del fútbol de su época y llevó al Benfica a los mejores años de su historia. Estudioso de la táctica y padre del 4-2-4 que luego adoptaron otros equipos, además fue el responsable de que Eusebio escribiese la página más gloriosa del Benfica.

Su idilio con el conjunto lisboeta comenzó en 1959. Firmó como entrenador tras un año en el Oporto, con lo que el Benfica consiguió arrebatar el entrenador a su máximo rival. No le tembló el pulso para hacer una drástica limpieza de la plantilla del equipo y hasta 20 futbolistas salieron del club ante el asombro de los dirigentes y aficionados. La propuesta de Guttmann fue apostar por jugadores africanos procedentes de las colonias portuguesas, entre los que se encontraba un joven de origen mozambiqueño que cambió la historia del fútbol luso, Eusebio.

Aquel equipo ganó las Copas de Europa de 1961 y 1962. Era el mejor momento de la historia del Benfica y Guttmann decidió reclamar un aumento de sueldo. Los dirigentes del club, comandados por su presidente, Antonio Carlos Cabral, no accedieron a su petición, las relaciones de tensaron y acabaron despidiendo al mejor entrenador de su historia. El día de su despedida Guttmann, contrariado y muy enfadado, pronunció unas palabras que han quedado presentes para siempre: "Nunca, ni en cien años, el Benfica volverá a ganar un título en Europa sin mí. Me voy".

Desde entonces, son siete las finales europeas que ha perdido el Benfica: cinco de Copa de Europa (1963, 1965, 1968, 1988 y 1990 y dos de UEFA/Europa League (1983 y 2013). Nunca ha vuelto a conseguir un título europeo desde que el técnico húngaro pronunciase aquella maldición vigente hasta hoy. Esta noche ante el Sevilla, el Benfica tiene otra oportunidad para romper el maleficio de Guttmann. Esta vez, una estatua construida este año en honor al mítico técnico en el estadio y la dedicatoria al fallecido Eusebio son un motivo más para que las Águilas vuelvan a reinar en Europa y se rompa la maldición.

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