El estadio de Mestalla volverá a acoger una final de Copa del Rey entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Será la séptima vez que ambos equipos se encuentren en una final del torneo (1936, 1968, 1974, 1983, 1990 y 2011) y escribirán una nueva página en la trayectoria de sus enfrentamientos que ha dejado grandes momentos en la historia de la Copa y su tradicional rivalidad.
Fue el 21 de junio de 1936, días antes de que España iniciase un camino sin retorno hacia la Guerra Civil, cuando los dos equipos se vieron las caras por primera vez en una final de Copa, denominada por entonces Copa del Presidente de la República, que en aquel momento era Manuel Azaña. Aquel partido ponía fin a la carrera de Ricardo Zamora tras 20 años de carrera entre Espanyol, Barcelona y Real Madrid. A la altura de su leyenda como uno de los mejores porteros españoles de todos los tiempos, Zamora dejó para siempre la imagen de aquella final previa al desastre de la guerra.
El Real Madrid ganaba por 2-1 con goles de Eugenio y Lecue, cuando Escolá, que había marcado el gol del Barça, se plantó solo ante la portería, lanzó y en un vuelo salvó el gol que cantaba medio estadio. Se hizo el silencio en el campo ante el asombro de los asistentes y los madridistas estallaron ante la parada imposible de Zamora, la que le dio el titulo al Real Madrid, la última antes de que el guardameta apodado El Divino viviese las penurias de una guerra en la que estuvo a punto de ser fusilado.
La final de las botellas
Tuvieron que pasar 32 años, en 1968, para que blancos y culés cruzasen sus caminos de nuevo en una final de Copa, esta vez del Generalísimo. Era la época de esplendor del Real Madrid, el Barcelona no ganaba la Liga desde 1960 y la final era la oportunidad de volver a saborear un título. Esta vez, el Santiago Bernabéu fue el escenario de un choque que quedará siempre en el recuerdo por la polémica. Zunzunegui adelantó al Barcelona de Pereda y Rexach con un gol en propia puerta a los seis minutos del comienzo.
Desde ese momento, se desencadenó un asedio madridista ante la portería de Sadurní. Fue entonces cuando el colegiado mallorquín Antonio Rigo tomó protagonismo al no pitar dos penaltis sobre Amancio y Serena. Las protestas de Bernabéu ante la actuación del árbitro fueron a más y una lluvia de botellas de cristal -fue prohibido el acceso con ellas a los estadios a partir de este hecho- inundó el cesped del Bernabéu en la que se conoció para siempre como la final de las botellas.
El 29 de julio de 1974, el Real Madrid tuvo la oportunidad de vengarse del Barcelona de Cruyff. El conjunto azulgrana había ganado la Liga después de 14 años y había sonrojado a los blancos con un 0-5 en un campeonato en el que, tras 15 años, Miguel Muñoz había abandonado el banquillo en lugar de Luis Molowny. El Vicente Calderón acogió el duelo de la redención de los blancos. Con la prohibición todavía vigente de que los extranjeros jugasen el torneo, el Barcelona no pudo contar con Cruyff y el Real Madrid con Netzer. Santillana, Rubiñán, Pirri y Aguilar consumaron una goleada (4-0) ante los azulgranas, que recuperó el honor madrileño.
El corte de mangas de Schuster
No fue hasta el 4 de junio de 1983 cuando se encontraron en otra final. Esta vez, La Romareda de Zaragoza dio lugar al choque entre el Barcelona de Maradona y un recién llegado Schuster ante el Real Madrid de Santillana. En un centro marcado por la enorme tensión entre ambos conjuntos, Víctor Muñoz acertó con un servicio de Maradona para adelantar al Barça. Sin embargo, Santillana aprovechó un error de Gerardo para empatar el choque. La igualdad entre ambos conjuntos presagiaba la prórroga pero en el minuto 89 Marcos Alonso remató un centro de Julio Alberto para darle la Copa a los culés. En medio de tanta alegría, dio la vuelta al mundo la imagen de Schuster dirigiendo un corte de mangas a los aficionados madridistas, cinco años antes de vestir la elástica blanca y salir por la puerta de atrás del Barça.
Con el comienzo de la década de los noventa, y de nuevo en el estadio de Mestalla, los pronósticos se rompieron. Llegaba el Real Madrid del John Benjamin Toshack como campeón de una liga en la que había instaurado el récord de goles y los pronósticos apuntaban a que la Copa no se escaparía ante el Barcelona dirigido por un Cruyff que se jugaba el puesto. Sin embargo, la historia del partido del 5 de abril de 1990 se escribió en color azulgrana. Amor y Salinas fueron los autores de los goles del Barça, Cruyff salvó su puesto y el título dio comienzo a la era del Dream Team.
Tuvo que llegar el cambio de siglo para ver la última final de Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona el 20 de abril de 2011. El Real Madrid de Jose Mourinho y el Barcelona de Pep Guardiola se vieron las caras en un mes en el que también se encontraron en liga y en las semifinales de Champions. La crispación entre ambos conjuntos había llegado a su límite más alto y en el equipo blanco aún dolía el 5-0 encajado en Liga en el Camp Nou. Sin embargo, Mourinho consiguió desactivar el poderío ofensivo de los azulgranas.
Con Pepe como mediocentro defensivo en una final con pocas ocasiones, el choque llegó a la prórroga y apuntaba a los penaltis después del enorme desgaste de los dos equipos. Sin embargo, en el minuto 103 del choque Cristiano Ronaldo se elevó ante un preciso centro de Di María y conectó un testarazo perfecto para batir a Pinto y desencadenar el delirio blanco en la que supuso su decimoctava Copa del Rey.
Este miércoles, se escribe un nuevo capítulo en la particular historia de los duelos entre Real Madrid y Barcelona.