Pep Guardiola, ajeno a los grandes festejos, evitó celebrar más de la cuenta la consecución del título de la Bundesliga para el Bayern de Múnich, tras su victoria en terreno del Hertha Berlín (1-3).
El entrenador catalán rompió con la tradición del club alemán y prohibió a sus jugadores cumplir con la ducha de cerveza a la que someten a los entrenadores cuando consiguen un título.
Guardiola prefirió mantenerse en un segundo plano en los festejos y habrá que esperar a ver si acepta cumplir con la costumbre en el próximo partido de su equipo en el Allianz Arena, el sábado 29 de marzo ante el Hoffenheim.