Pep Guardiola quiere tener todo lo que concierne al Bayern de Múnich y su trabajo bajo el más estricto control. Por ello, en el conjunto alemán ha conseguido llevar a acabo una de las exigencias que no pudo ver cumplidas en el FC Barcelona, un "gran hermano de los futbolistas del equipo, a los que controla las 24 horas del día.
Según relata el semanario germano Sport Bild, el técnico vigila a sus jugadores con un sofisticado sistema de cámaras en circuito cerrado, instalado en los tres campos de entrenamiento del equipo. Su obsesión por controlar todo le ha llevado a preocuparse por la vida privada de los jugadores, algo que ya intentó en su etapa en el Barça, cinluso con el seguimiento a algunos jugadores como Gerard Piqué.
Su meticulosidad va aún más alla y las sesiones de vídeo para analizar a los rivales pueden llegar a durar hasta cuatro horas. Guardiola repasa una y otra vez con los futbolistas cualquier detalle y su nivel de exigencia es máximo.
No solo los futbolistas están controlados al máximo. De hecho, son conocidas algunas tiranteces de Guardiola con los fisioterapeutas o con el doctor, al que exigió que visitará a los jugadores en los entrenamientos y no los recibiese en su consulta. El estrés también ha llegado para los conductores del autocar del equipo, que trabajan a contrarreloj para llegar a tiempo al estadio debido a las extensas charlas del entrenador.