Maldiciones, fantasmas, terrenos inhóspitos, muros infranqueables... de todo se ha escrito sobre las visitas del Real Madrid a Alemania durante los 14 años en los que los blancos se han vuelto de ese país sin una victoria. Este miércoles, el conjunto de Carlo Ancelotti se deshizo de maleficios históricos tras golear al Schalke 04 en el Veltins Arena de Gelsenkirchen por 1-6.
Esta es la segunda victoria blanca en tierras germanas. Hasta el choque frente al Schalke 04, sus visitas se resumían en 18 derrotas, seis empates y una victoria. Sucedió en Champions en la temporada 2000/01 ante el Bayer Leverkusen. El Madrid, con Vicente del Bosque en el banquillo, consiguió remontar el partido con dos goles de Roberto Carlos y un tanto de Guti, que pusieron un 2-3 definitivo en el marcador.
Ancelotti conquistó Alemania con una fórmula que le funciona también en la competición doméstica: presión, toque y posesión de balón, con un centro del campo ofensivo con Modric a la dirección, con laterales sin miedo a subir y con su tridente demoledor -Cristiano, Bale y Benzema-, que ya suman 70 goles esta temporada.
La prensa alemana se rinde
Los periódicos alemanes se han rendido a la superioridad madridista. El diario Die Welt asegura que "el Real Madrid abrumó al Schalke y jugó a su antojo". Bild cuenta que "el Real Madrid devolvió brutalmente al Schalke a la realidad. El tridente ofensivo Bale-Benzema-Ronaldo del Real se exhibió a nivel de clase mundial".
La eliminatoria se da por sentenciada. El Real Madrid no aparcaba a un rival alemán en doble partido desde el 2004, con el Bayern como víctima. Después, cayeron ante el propio Bayern por partida doble -en 2007 y 2012- y ante el Borussia Dortmund la pasada campaña, con una goleada del polaco Robert Lewandowski.
La victoria de este miércoles ha supuesto además la segunda goleada más abultada de la historia de la Champions, junto a la lograda esta misma campaña contra el Galatasaray en la fase de grupos. El récord se remonta a 1978/79, cuando Real Madrid venció en Luxemburgo por 0-7 ante el Progress Niedercorn. En aquella ocasión les sirvió de poco, puesto que caerían en octavos ante el Grasshopper de Suiza.