El Betis ha firmado el mejor partido de la temporada para derrotar al Rubin Kazan a domicilio (0-2) y sellar el pase a octavos de final de la Europa League, donde se medirá al Sevilla.
Los de Gabriel Calderón se han aferrado a Europa como fuente de alegrías esta dura temporada en la que se encuentran más cerca de Segunda que de Primera División. A pesar de que la batalla bética es mantener la categoría, en Europa los andaluces dejaron una gran imagen eliminando a un equipo que en otras temporadas ha dado disgustos a grandes del fútbol español como Barcelona y Atlético de Madrid.
Después del 1-1 en el Benito Villamarín, la trampa del frío ruso y el desplazamiento se perfilaba como un duro desafío para un Betis en el que nada parece funcionar. Sin embargo, los verdiblancos fueron serios y efectivos y el Kazan pecó de ultradefensivo y quizá infravaloró a su rival. El conjunto bético, que dominó el encuentro y apenas sufrió en defensa, se fueron al descanso con un merecido gol a favor, obra de Nono ya en el descuento de la primera mitad.
Tras el paso por los vestuarios, el Rubin trató de poner más de su parte, pero el Betis no perdió la concentración y siguió mandando en el partido, sin dar y concesiones. A los 64 minutos, Rubén Castro sentenciaba la eliminatoria con un precioso tanto de vaselina. Calderón hizo cambios para dar aire fresco al equipo y descanso a los titulares con vistas al choque liguero del domingo en El Madrigal. Pero de momento Europa es otra cosa y los verdiblancos ya están en octavos de final.
El Sevilla no da opción a la sorpresa
Al conjunto bético le espera el Sevilla, que ha derrotado a un débil Maribor, haciendo valer el 2-2 de la ida en Eslovenia. El partido del Sánchez Pizjuán tuvo poca historia porque el conjunto de Unai Emery, sin hacer un buen partido, nunca vio peligrar la eliminatoria frente a un adversario que estaba haciendo historia en Europa al llegar a estas alturas de competición, pero que mostró la misma animosidad que pocos recursos. Además, los eslovenos tuvieron un problema añadido como es el de la ausencia de su máximo goleador, el brasileño Marcos Tavares.
El Sevilla se iba apagando con el paso de los minutos y eso envalentonó al Maribor, que protagonizó una rápida incursión a la portería de Javi Varas por medio del francés Jean Philippe Mendy, su hombre más adelantado y que se peleó bien con la defensa hispalense. Cuando se acercaba el descanso, el meta visitante, Jasmin Handanovic, protagonizó la jugada tonta de la noche: en su intento de despejar, se encontró con la espalda de José Antonio Reyes para que el balón finalmente quedara alojado de rebote en su portería.
En la reanudación, el Maribor adelantó líneas de forma tímida y presionó la salida del balón del adversario, pero al borde del cuarto de hora Kevin Gameiro encontró un balón al borde del área y de certero remate cruzado puso el 2-0 con el que pareció acabarse la eliminatoria. De ahí al final poco más se vio, con un equipo esloveno impotente para acortar el resultado pero que sí lo hizo ya en la prolongación del encuentro por mediación de Dare Vrsic, pero ya sin tiempo para nada más.