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El Real Madrid se hace fuerte desde el centro del campo

Modric, voluntarioso como pocos, es capaz de recuperar balones en su área y, seguidamente, ordenar al equipo para pasar al ataque.

Se llama Luka Modric y se ha convertido en el punto de partida de la estrategia táctica de Carlo Ancelotti. El croata fue el motor de arranque de una maquinaria capaz de acallar a un Atlético de Madrid escaso de ambición. Junto a Xabi Alonso, el Real Madrid encontró el equilibrio entre el modo defensivo y el ataque, el "equilibrio" que tanto le gusta al técnico italiano.

El mediocentro se encargó de dar movimiento al balón a base de toques de primera. Voluntarioso como pocos, fue capaz de recuperar balones en su área –con determinación y cabeza, sin cometer faltas absurdas que compliquen el asunto- y, seguidamente, colocar al equipo en modo ataque. Ante el conjunto de Simeone tuvo una virtud añadida: salvó sobre la línea de gol un remate de Godín cuando Casillas estaba más que superado. Su esfuerzo tuvo el merecido premio con la ovación del Bernabéu.

Al finalizar el partido, dio con la clave de la victoria: "El Atlético es un equipo muy fuerte, pero nosotros hemos jugado muy bien. No le dejamos jugar al Atlético como suele hacerlo. Jugamos muy buen partido", explicó el centrocampista croata.

El centro del campo blanco tiene otra pieza clave: Xabi Alonso. El hombre tranquilo, el futbolista capaz de bajar de pulsaciones el encuentro cuando se va de las manos y de impulsar a sus compañeros encontrando los espacios que desarman al rival.

Xabi y Modric, ambos futbolistas han mejorado la imagen del Real Madrid en los terrenos de juego con un trabajo esencial, a veces en la sombra, sin la recompensa ni los vítores que se llevan los goleadores. Ante el Betis, ya dieron una lección de complementariedad. El uno sostenía el aspecto defensivo y el otro, sin problemas para echar una mano atrás, repartía balones.

En Cornellá-El Prat, Modric se echó el equipo a la espalda. Fue el manitas de la casa, el que arregla los desperfectos. Con los resultados sobre la mesa, pocos recuerdan ahora el calvario de su fichaje. Las negociaciones con el Tottenham parecían no tener salida y el croata se incorporó al equipo blanco sin pretemporada y en una nube de dudas.

Le ha costado convertirse en un actor protagonista en el once de Ancelotti, pero sus características técnicas le han dado ya la etiqueta de peso fuerte en el equipo, a pesar de su aparente fragilidad.

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