El diario El Mundo publicó el pasado lunes que el socio opositor Jordi Cases ha denunciado al presidente del Barcelona, Sandro Rosell, por "apropiación indebida" y le ha acusado de haber desviado 40 millones de euros en la operación del fichaje de Neymar.
Ahora, una semana después, se ha dado un paso más en este asunto después de que la Fiscalía haya pedido a la Audiencia Nacional que reclame al Barcelona el contrato de Neymar ante la poca transparencia en las cifras de la operación para hacerse con los servicios del brasileño.
No es la primera vez que Rosell se enfrenta a estas acusaciones, pues la operación ya había sido cuestionada en su día en Brasil. La empresa DIS, que poseía el 40% de los derechos del futbolista, denundió que por el jugador se pagó mucho más de lo declarado oficialmente por el Santos. El equipo brasileño presentó un documento firmado por Rosell en el que se asegura que el precio abonado por el jugador son 17,1 millones de euros.
Sin embargo, el club catalán cifró la operación en 57,1 millones y señaló que el resto del pago se debe a otros compromisos de la junta directiva. En total, se habrían abonado 40 millones de euros a la empresa del padre de Neymar, que es la cifra bajo la que recaen las sospechas. Además, se pagaron 7,9 millones de euros por parte de los derechos de tres jóvenes promesas del Santos y 9 millones por dos amistosos entre ambos equipos.
Hasta el momento, Rosell y los miembros de la junta directiva se han negado a aclarar las cifras de la operación, alegando que se lo impide una claúsula de confidencialidad firmada en el contrato.