El nuevo Betis de Juan Carlos Garrido debutó con una victoria por la mínima (1-2) y contra diez hombres ante el Lleida Esportiu, un equipo dos categorías inferior y que dio la cara en su estadio pese a la clara superioridad de su adversario, que tuvo todo a favor para resolver la eliminatoria en tierras catalanas.
El partido se le puso rápidamente de cara al conjunto andaluz, que empezó bien, con ganas, con un fútbol profundo y veloz en el que la movilidad de sus puntos puso en aprietos a los locales desde el inicio.
A los 4 minutos, Pau Torres derribaba a Jorge Molina dentro del área y era expulsado por Delgado Ferreiro. El Lleida se quedaba sin su meta titular. Perales, el portero suplente de los locales, adivinó la intención de Molina.
De penalti, abrió puerta el Betis. Verdú fue el encargado de lanzarlo en esta ocasión. Lo hizo a lo Panenka, y el balón rebasó llorando la línea de gol con el portero del Lleida ya vencido e intentando atrapar el esférico desde el suelo.
Los dos penaltis señalados en contra de los locales generaron mucha tensión sobre el terreno de juego y crispó también los ánimos en la grada, donde la afición ilerdense cantaba "¡A Segunda, a Segunda!" a los jugadores del Betis.
Además, un gol de Pere Milla era anulado por fuera de juego en la jugada siguiente y las protestas del banquillo del Lleida acabaron con un miembro de su cuerpo técnico también expulsado.
Un error del meta Perales a la hora de despejar un balón que merodeaba con poco peligro la meta del Lleida, concedió a Molina la posibilidad de resarcirse del penalti fallado marcando a placer el segundo al filo del descanso.
A los doce minutos de la reanudación, Pere Milla hizo el 1-2 tras culminar una jugada de estrategia que empezó con un remate de Biel Medina en fuera de juego que el árbitro no señalo.