Francia recuperó la confianza que añoraba al imponerse ante Australia por 6-0 en un partido amistoso celebrado en el Parque de los Príncipes de París en el que delantero titular, Olivier Giroud, hizo dos goles y el suplente, Karim Benzema, volvió a marcar tras 1.224 minutos sin ver portería con los bleus.
Los de Didier Deschamps dominaron el partido de inicio a fin, desplegando un fútbol ágil y efectivo frente a una selección australiana sin argumentos técnicos que se dedicó a encajar goles sin rechistar.
La victoria permite rearmarse al conjunto francés, antes del último partido de clasificación para el Mundial de Brasil, el próximo martes, en París, frente a Finlandia.
Ante la poca trascendencia del encuentro contra los australianos, los ojos estaban puestos en Giraud, que por segunda vez dejaba en el banquillo a Benzema, sumido en una sequía goleadora con su club y, especialmente, con la elástica de Francia, con la que lleva 1.217 minutos sin lograr un tanto.
El primero en abrir el marcador fue Ribéry, que transformó un penalti por una mano que no existió. Acto seguido, Giroud se reivindicó con una magnífica vaselina que sorteó al guardameta australiano y, minutos después, sumó el segundo en su cuenta particular, tras una magnífica combinación de Ribéry y la asistencia de Nasri. Antes de que el reloj marcara la media hora de juego, Cabaye hizo el cuarto.
En el descanso, Deschamps pidió a sus jugadores que mantuvieran el ritmo, y siguieron sus órdenes al pie de la letra. Sólo habían transcurrido dos minutos del segundo período cuando Debuchy hizo el quinto, aprovechando un rechace tras un centro de Ribéry. Inmediatamente después, llegó el ansiado tanto de Benzema, a pase de Ribéry, que el delantero celebró sin aspavientos.