Empate y gracias. España no fue España en Ginebra. O, mejor dicho, a los campeones del mundo empiezan a tomarle la medida las selecciones de cierto pedigrí. Ya pasó en la final de la Copa Confederaciones, donde Brasil le sacó los colores para llevarse su torneo ante un Maracaná a rebosar, y ahora en la ciudad suiza. Allí se encontró el equipo de Vicente del Bosque a una correosísima Chile, que promete dar guerra, y mucha, en el próximo Mundial.
Los sudamericanos fueron mejores en el primer tiempo, que cerraron con un 1-2 a su favor gracias a dos tantos de Eduardo Vargas -entre medias marcaría Roberto Soldado-, y controlaron la mayor parte del partido. Pero los numerosos cambios -especialmente la entrada de Jesús Navas y Álvaro Negredo, compañeros en el pasado en el Sevilla y a partir de este curso en el Manchester City- dieron otro aire al equipo español, que se acabaría encomendando a Navas para arañar un agónico empate en el minuto 91 (2-2). Y gracias, como reza esta crónica en su encabezado.
Porque España se vio superada desde el pitido inicial por una Chile muy seria que, además, tuvo la pelota en su poder durante muchas fases del encuentro. Al mando de un gran futbolista como el juventino Arturo Vidal, el equipo de Jorge Sampaoli pronto empezó a sacar los colores a los campeones del mundo. Un desajuste defensivo lo aprovechó Vargas para quedarse solo dentro del área y batir a Valdés. La defensa española reclamó fuera de juego pero el tanto acabó subiendo al marcador.
Chile tenía el mando y el partido donde quería. A España le costó espabilar, pero lo hizo. Pedro, incisivo, se animó con alguna que otra subida por la banda izquierda y, tras asociarse con Xavi y Cazorla, empezaba a presentarse con peligro en el área de Claudio Bravo, el portero de la Real Sociedad, pero los andinos se defendían con criterio e intensidad, apenas dejando huecos a su rival. Y también demostraron que son un equipo muy peligroso a la contra, con Vidal y el barcelonista Alexis Sánchez -mucho más cómodo el delantero en el equipo nacional que en su club- poniendo en jaque a una defensa y un medio centro que se veían desbordados.
España, sin embargo, decidió dar un paso al frente y, superada la media hora, se encontró con un empate que sabía a gloria. Pedro puso un medido centro desde la derecha y encontró a Soldado en el segundo palo. Se elevó con todo el delantero valenciano del Tottenham para conectar un remate de cabeza y batir a un Bravo que, ciertamente, pudo haber hecho más. Se habían crecido los campeones, que poco después pudieron voltear el marcador con una clarísima ocasión de Cesc Fábregas al estrellar un balón en el palo.
Cuando parecía que la primera parte iba a acabar en empate, Vargas se aprovechó de un nuevo error defensivo -mal marcaje de Albiol y demasiada permisividad de Arbeloa- para batir nuevamente a Valdés, esta vez con un disparo ajustado al palo. Un jarro de agua fría para España en el minuto 44 (1-2).
Los cambios dan otro aire
La segunda parte comenzó con Navas e Iniesta en el campo, en sustitución de Cesc y Xavi, con la intención de dar más velocidad al juego español. Cazorla pudo haber equilibrado la contienda nada más reanudarse el choque, pero se topó con la certera intervención de Bravo. Y a partir de ahí, poco más. España, esta vez sí, pasaba a tener el control del balón, pero las ocasiones se podían contar con los dedos de una mano y apenas llevaban peligro. Y Chile lo agradeció.
Más cambios con el paso de los minutos: Del Bosque dio la alternativa a Nacho, que se ha convertido en el primer madridista que debuta con la selección absoluta once años después; el esperado de Reina por Valdés -estuvo providencial el nuevo guardameta del Nápoles al desbaratar en su salida una clara ocasión de Mauricio Isla, uno de los más destacados de la noche- y Negredo por Soldado. La entrada al campo del vallecano, que venía de sellar el triunfo ante Finlandia el pasado viernes (0-2), fue un soplo de aire fresco para España. Negredo volvió a asociarse con Navas y poco a poco empezaba a poner en jaque a la defensa chilena.
Estuvo muy cerca de llegar el 1-3, pero Alexis acabaría perdonando con su remate de cabeza ante la portería de Reina. Fue el acicate definitivo que espoleó a España. Pedro, Cazorla y Negredo, muy activos, fueron en busca del empate, que no llegó hasta el minuto 91. Fue entonces cuando Navas, con la ayuda de un defensor, logró superar a Bravo tras una gran jugada colectiva. El premio a la insistencia de una España que, pese a sus arreones de la recta final, no dejó un buen sabor de boca en Suiza, viéndose superado por un adversario incomodísimo que va a dar mucho que hablar.
Ficha técnica
España, 2: Valdés (Reina, m.59); Arbeloa, Albiol, Sergio Ramos (Nacho, m.59), Monreal: Javi García (Koke, m.79), Xavi (Iniesta, m.46); Cazorla, Cesc (Navas, m.46), Pedro; y Soldado (Negredo, m.65)
Chile, 2: Bravo; Medel, González, Jara; Isla, Diaz, Pizarro (Silva, m.46), Mena; Vidal; Alexis Sánchez y Vargas (Beausejour, m.85)
Goles: 0-1, m.5: Vargas; 1-1, m.37: Soldado; 1-2, m.44: Vargas; 2-2, m.91: Navas
Árbitro: Adrien Jaccottet (Suiza). Mostró tarjeta amarilla a los españoles Cesc (m.43) y Cazorla (m.71), así como al chileno Vidal (m.67)
Incidencias: Partido amistoso intenacional disputado en el estadio de Ginebra (Suiza) ante la presencia de unos 15.000 espectadores. Iker Casillas y Vicente del Bosque recibieron el galardón como mejor portero y entrenador de 2012 para la IFFHS, respectivamente