El Rayo Vallecano, escaso de efectivos y con el plantel aún por cerrar, inicia una campaña de muchos cambios y con el objetivo puesto en la permanencia, al igual que el Elche, que estrena un proyecto muy renovado para su regreso a Primera División veinticuatro años después del descenso de 1989.
Después de la marcha de jugadores clave en el esquema táctico por su calidad y aportación como el argentino Chori Domínguez, el brasileño Leo Baptistao, el capitán Piti o el centrocampista Javi Fuego, el Rayo Vallecano inicia frente al Elche un proyecto prácticamente nuevo en el que la incertidumbre es la nota dominante.
La realidad actual del Rayo a día de hoy es que cuenta con veinte jugadores de la primera plantilla, nueve de ellos son nuevos, y que cuatro futbolistas no han debutado en pretemporada por diferentes motivos.
El Elche llega a Vallecas como un equipo totalmente remozado respecto a la pasada campaña, en la que logró el ascenso a Primera, y con el objetivo de sumar los tres primeros puntos para empezar a cimentar la permanencia en la categoría.
Fran Escribá, técnico del Elche, no puede contar para este choque con Sergio Pelegrín y Gregory Beranger, que siguen con la recuperación de sus problemas físicos, ni con Damián Suárez y Rubén Pérez, que arrastran sanciones de la pasada temporada.
Escribá ha descartado a los dos últimos refuerzos, Carlos Sánchez y Javi Márquez, porque, tal y como ha indicado, "acaban de incorporarse y, aunque serán importantes, no están al cien por cien". Por tanto, desplaza a Madrid a diecinueve jugadores, entre ellos los canteranos Charlie y Álvaro Giménez.