Primeras críticas a Guardiola en el Bayern de Múnich

Arrecian las críticas en Múnich tras la derrota sufrida el pasado sábado por el Bayern ante el Borussia Dortmund en el Signal Iduna Park (4-2), en el partido de la Supercopa de Alemania.

Pep Guardiola dio la titularidad a Thiago Alcántara –al que luego dio una bofetada en pleno partido– y dejó en el banquillo a Bastian Schweinsteiger. El técnico de Sampedor parece haber llegado al Allianz Arena dispuesto a enterrar el doble pivote y alinear un solo mediocentro. En esa lucha, ahora mismo, el internacional sub-21 español le ha tomado la delantera al alemán.

Y eso no le gusta a la afición bávara, que clama al cielo al ver cómo su nuevo técnico se atreve a sacrificar a una de las vacas sagradas del equipo como es Schweini.

"Bastian es un jugador increíble, tiene mucha experiencia y ama al Bayern. Pero todavía no está en plena forma y necesita tiempo. Él me lo ha dicho y me lo han dicho los médicos", se defendía Guardiola en rueda de prensa, ante las críticas que le lanzaron los periodistas alemanes.

"Todavía no sé si jugaré con uno o con dos volantes defensivos. Thiago está en forma y tengo que jugar con los jugadores que están en forma. La plantilla es grande y todos quieren jugar, ya veremos", añadía un Pep que llega al Bayern con la difícil misión de al menos igualar lo conseguido la pasada temporada por Jupp Heynckes al conquistar el triplete (Bundesliga, Copa y Champions).

De momento el primer título oficial del curso, la Supercopa, se le ha escapado a Guardiola tras la derrota ante un Dortmund que se toma así cumplida venganza de la final de la Champions hace dos meses en Wembley.

También el director deportivo del Bayern, Mathias Sammer, tuvo que salir al paso ante los comentarios por la posible pérdida de titularidad de Schweinsteiger y declaró que quien cuestione al jugador incurre en "una falta de respeto".

"El tema es absurdo. No hay discusión alguna sobre Bastian. Para mí se trata del mejor centrocampista del mundo. Quien lo cuestione incurre en una falta de respeto", explicaba Sammer en declaraciones a la revista Sport Bild.