Infranqueable en defensa, letal en ataque, un grupo fusionado en una ilusión insaciable en crear un fútbol atractivo, efectivo y aplastante. Éste es el juego que querría casi todo madridista para su equipo. Y ése es el mismo que aprendió y vivió Carlo Ancelotti.
El mejor recuerdo que tiene el nuevo técnico del Real Madrid coincide con uno de los peores en la historia del club blanco. En 1989, la Quinta del Buitre sufrió en el campo la humillación que reflejaba el marcador: Milan 5 - Real Madrid 0. Los presentes en San Siro no olvidarán nunca aquel 19 de abril de hace 24 años. Presión incansable, transiciones eléctricas en las botas de Van Basten, Rijkaard, Gullit... En el centro del campo rossonero también jugaba un tal Carlo Ancelotti. Por aquel entonces, era un joven futbolista de 24 años que procedía de la Roma y que, al igual que sus compañeros, aprendía un método tan revolucionario como práctico de Arrigo Sacchi.
Se empapó de sus métodos cuando fue su jugador y luego los trasladó a los banquillos. El debut de Ancelotti como primer entrenador se produjo en 1995, al frente de una Reggiana con la que logró el ascenso a la Serie A, aunque un año antes ya había ejercido como segundo técnico. Fue precisamente a las órdenes de Sacchi en la selección italiana, en un Mundial de Estados Unidos en el que la Azurra se quedó con la miel en los labios al perder la final ante Brasil por penaltis.
Aprendió mucho Ancelotti de su maestro, pero también fue consciente de que copiar el estilo de aquel Milan de finales de los 80 y principios de los 90, se quedaría en una mera imitación. Con el 4-4-2 por bandera, el mismo sistema con el que Sacchi había triunfado, Carletto pasó de la Reggiana al Parma, comenzando a forjar la leyenda de un técnico ganador capaz de bañarse en las aguas más atractivas, pero a su vez más complicadas, del panorama futbolístico internacional. La Juventus de la familia Agnelli, el Milan de Berlusconi, el Chelsea de Abramovich, el PSG de los jeques qataríes... y ahora el Real Madrid de Florentino Pérez.
Había llegado a firmar Ancelotti un precontrato con el club blanco en 2006, pero al final todo quedó en agua de borrajas. Ahora, siete años después, Carletto podrá sentarse al fin en el banquillo del Santiago Bernabéu, tomando el relevo de José Mourinho y convirtiéndose en el noveno entrenador de Florentino.
En todos los equipos Ancelotti ha ganado títulos. Y también en todos ha tenido que gestionar egos importantes. Desde la directiva hasta el vestuario. En Milán ganó dos Champions (2003 y 2007) con jugadores de la talla de Shevchenko, Seedorf, Nesta, Inzaghi, Pirlo, Cafú, Kaká y Paolo Maldini. Il Capitano del Milan, que estuvo 24 temporadas en el club, define a Ancelotti como el entrenador "que ha manejado el vestuario con más serenidad". "Se guarda sus preocupaciones y tensiones y así estamos tranquilos", afirma.
El paralelismo de Ancelotti con el Milan de Sacchi también está presente en la irregularidad doméstica. El nuevo entrenador madridista ha ganado ligas en Italia, Inglaterra y Francia, aunque en el país transalpino estuvo ocho temporadas y sólo ganó un Scudetto. Igual que Sacchi, que también logró un título liguero con los rossoneri en cinco años entre dos etapas.
Ancelotti ha llegado al Real Madrid por méritos propios. Convenció hace tiempo a un Florentino Pérez de que es el idóneo para el vestuario blanco. El problemático Ibrahimovic dijo de él en una ocasión que "su relación con los jugadores fue la clave del éxito". La experiencia no significa nada si no se demuestra ganando y Ancelotti ha ganado, y mucho.
Para sustituir a José Mourinho en el Real Madrid, no había entrenador con más títulos en el mercado que Carlo Ancelotti. Sólo hay cinco técnicos en activo con dos Champions en su palmarés: Vicente del Bosque, Ottmar Hitzfeld, Pep Guardiola, Mourinho y Ancelotti. Veremos si Carletto es el encargado de lograr la Décima.