El argentino Lio Messi no ha tenido piedad de un Osasuna en inferioridad y le endosó un póquer de goles para liderar la goleada del Barcelona (5-1) ante el conjunto navarro, a quien el partido se le hizo un mundo al tener que afrontarlo con un hombre menos durante más de una hora.
La Pulga respondió de esta forma al triplete conseguido esta mañana por Cristiano Ronaldo ante el Getafe y sigue engordando con su enorme voracidad sus increíbles estadísticas: esas que dicen que lleva once jornadas consecutivas marcando, que suma ya 33 goles en Liga esta temporada y que acumula 202 tantos en esta competición en toda su carrera.
Las buenas intenciones de Osasuna -línea defensiva adelantada, presión arriba, intentar salir rápido al contragolpe- se fueron al traste con la absurda expulsión de Arribas, que vio dos amarilla por cortar sendas jugadas con la mano. La segunda, a los 26 minutos, fue dentro del área, supuso el segundo gol del Barça y dejó al conjunto navarro con diez, arruinándole cualquier opción de plantar cara al líder en su propia casa.
Hasta ese momento, se había vivido un partido extraño, de estos inoportunos para un equipo como el Barcelona, hoy sin Cesc, Iniesta, Jordi Alba y Piqué -este último sancionado- a los que Jordi Roura dejó de entrada en el banquillo pensando ya en el clásico copero del próximo miércoles.
Quizá por ese motivo, porque había que enfocarse pronto en el duelo contra el Real Madrid, salieron los locales a resolver rápido. Y un malabarismo de Thiago en el control del balón casi sorprende a Andrés Fernández en el arranque del choque. Pasados diez minutos, Messi irrumpiría en el choque. El argentino recibía un pase magistral de Xavi y sentaba al meta de Osasuna con un finta sutil que le dejaría sin oposición entre el balón y la red para firmar el primero de la tarde.
Se relajó entonces el Barcelona y lo pagó, como suele suceder en estos casos. En la única llegada visitante de todo el partido, un mal rechace fue a parar a las botas de Raoul Lóe que batió a Valdés con un tiro raso desde la frontal ajustado al palo. Era la primera vez que el portero azulgrana pisaba el Camp Nou tras anunciar que no renovará su contrato, pero la afición culé aplaudió y vitoreó al cinco veces Zamora en lugar de pitarlo.
Con la expulsión de Arribas poco después, se acabó el choque. Messi transformó el penalti y luego el árbitro anuló el que pudo ser el tercero al señalarle un fuera de juego inexistente cuando de nuevo se plantaba solo ante Andrés Fernández. La compensación llegaría con el tercero, porque la asistencia de Alves para que Pedro solo tuviera que empujar a gol se produjo en posición ilegal. Entre una y otra jugada, Messi, pudo hacer otro en un cabezazo que se estrelló en el poste.
Al descanso, Mendilibar, expulsado por protestar la jugada del penalti, sentó a dos de sus hombres importantes -Cejudo y de Las Cuevas- para dar entrada a Puñal y Masoud, pensando quizá que era el momento de olvidarse del Camp Nou y mirar ya al próximo partido. Nada cambió.
La segunda parte fue un monólogo del Messi FC. Al astro argentino le anularon un gol por fuera de juego antes de definir con precisión quirúrgica en el cuarto y el quinto, a pase de Villa y Adriano respectivamente.
Aún faltaba media hora, para que el Guaje, titular hoy, y Alexis, que había entrado sustituyendo a Pedro, se reivindicaran con un gol, pero ninguno de los dos estuvo acertado de cara a puerta.
Mientras, Osasuna juntaba más sus líneas para achicar balones a destajo y evitar que el fútbol de los azulgranas le descosiera aún más. Lo logró, al menos en cuanto al resultado, porque pese a que el Barça tuvo media docena de ocasiones más para marcar, el marcador ya no se movió.