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Las ligas supranacionales, último recurso del fútbol contra la crisis

Una liga soviética, otra báltica, otra adriática... Todo posibilidades de futuro. ¿Y una ibérica? No será por falta de interés.

El Sporting de Lisboa competiría, junto a Porto y Benfica, con los equipos españoles.

Llevan tiempo sonando, y parece que no tardarán mucho en ponerse en marcha. Para unos, se trata de una medida para incrementar los beneficios económicos de los equipos; para otros, sirve para dotar de mayor nivel a las competiciones locales en Europa, de cada vez más devaluadas por las diferencias entre equipos grandes y medianos. Sea como sea, las ligas de diversos países juntos ya están aquí. Y amenazan con expandirse por toda Europa.

Soviéticos y balcánicos, los más serios

Una de las primeras que la propuso y que más en serio se lo está tomando es lo que vendría a ser una "liga soviética". Se trata de una propuesta que nace desde Rusia, pero a la que ya se han adherido federaciones ucranianas, bielorrusas y armenias. El objetivo es volver a crear una de las ligas más poderosas del continente, como ya lo fuera hasta su desaparición en 1991.

Con equipos como el Zenit de San Petersburgo, el Spartak y el CSKA de Moscú, el Anzhi, uno de los grandes nuevos ricos, a los que se les uniría el Dinamo de Kiev, el Shaktar Donetsk o el BATE Borisov, seguro que podrían lograrlo, si bien Ivanov, jefe de la administración del Kremlin, destacó que aunque la idea va por buen camino, no será realizable a corto plazo.

Otra que también ha comenzado ya a dar sus primeros pasos es lo que sería la Liga Adriática. La competición, que ya existe en otros deportes como por ejemplo el baloncesto, aglutinaría a los países de la extinta Yugoslavia como Serbia, Montenegro, Croacia, Bosnia, Eslovenia y Macedonia, además de probablemente Hungría y Bulgaria.

De hecho, la UEFA, que recientemente cambió su postura contraria respecto a la creación de este tipo de competiciones, podría haber dado ya luz verde para que a partir de 2015 comenzara esta Liga del Adriático.

Otra que también tiene muchos visos de convertirse en realidad es la que configurarían las tres repúblicas bálticas; esto es, Estonia, Letonia y Lituania. Actualmente ya existe, a modo de playoff final entre los tres primeros de cada liga local; pero el objetivo es que sea una temporada regular, con el doble de equipos.

El centro de Europa, también

La moda parece que comienza a instalarse también en el centro de Europa. Recientemente, en Bélgica se ha comenzado con la propuesta de crear una BeNeLiga, que vendría a recuperar el Benelux; es decir, unificar los equipos de Bélgica, Holanda y Luxemburgo (aunque no parece que este país pueda aportar ningún conjunto).

Lo cierto es que la idea tiene visos de hacerse realidad, toda vez que equipos muy potentes como Ajax y PSV Eindhoven en Holanda o Anderlecht y Brujas en Bélgica están por la labor. De hecho, hace poco el Standard de Lieja amenazó con inscribirse en la liga francesa de no llevarse adelante el proyecto.

En Gran Bretaña también se está planteando la posibilidad. Lo suyo no sería tanto la creación de una supraliga, sino la adhesión definitiva de los mejores equipos de Escocia; o, dicho de otro modo, del Celtic, toda vez que el Glasgow se encuentra actualmente en la tercera división. Desde el conjunto católico se apuesta con más fuerza que nunca por esta opción, al haberse quedado sin su rival histórico –con lo que eso supone económicamente- y viendo cómo el Swansea galés está brillando este año en la Premier. Y por primera vez, parece que desde la FA se podría considerar su adhesión.

¿Sería posible una liga ibérica?

Con esta epidemia que recorre ya casi toda Europa, no es de extrañar que haya vuelto, al menos a modo de incógnita, la vieja idea de una liga ibérica. El objetivo sería que al menos los tres principales equipos lusos, Sporting de Lisboa, Porto y Benfica se unieran a los equipos españoles, una unión que permitiría a los conjuntos vecinos encontrar mayor competitividad, y al fútbol español añadir plantillas de nivel para luchar por posiciones europeas.

Pero sobre todo significaría un importante beneficio económico para todos, pues con ello "se abrirían nuevos mercados", además de otorgar "mayor carácter" a nuestra liga, como así asegura el doctor en econonía José María Gay de Liébana.

Lo que parece claro es que en pocos años el mapa europeo de ligas de fútbol cambiará drásticamente. ¿Todo para llegar algún día a la soñada Superliga Europea? Quién sabe. Pero la UEFA, a diferencia de las ligas supranacionales, no ve esa opción con buenos ojos. Y eso es más que determinante.

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