Kevin Prince Boateng se marchó muy enfadado en el amistoso que su equipo, el Milan, estaba disputando ante el Pro Patria, cansado de escuchar cánticos racistas contra su persona y la de varios de sus compañeros. "Me ha dejado huella", reconoce el ghanés en una entrevista concedida al diario alemán Bild.
Eso no es todo. El futbolista ghanés asegura que después de este hecho "meditaré tres días y la semana que viene me reuniré con mi asesor Roger Wittmann para ver si tiene sentido seguir jugando en Italia".
"Me sentí triste, enfadado, sacudido. Que pase algo así en el año 2013 es una vergüenza no sólo para Italia, sino también para el fútbol en todo el mundo", afirma Boateng, que añade que "los gritos de mono empezaron ya en el minuto cinco", cada vez que tocaba la pelota.
"No podemos seguir tolerando el racismo. Mirar para otro lado es fácil. Actuar es difícil. Pero habría hecho lo mismo en un partido de la Liga de Campeones ante el Real Madrid. Y lo volveré a hacer cada vez que ocurra", concluyó.