Además del gol de Michu –el decimotercero en la Premier League, donde es el máximo artillero en solitario–, el partido que el Swansea y el Manchester United disputaron este domingo en el Liberty Stadium, correspondiente a la decimoctava jornada del campeonato inglés, estuvo marcado por el balonazo que el capitán del equipo galés, Ashley Williams, dio a Robin Van Persie.
Corría el minuto 74 de partido cuando Williams fue a despejar un balón suelto en el área y éste golpeó en la cabeza de Van Persie, que había quedado tendido en el césped en la frontal tras caer en una pugna con Nathan Dyer. La acción generó una gran tangana entre los futbolistas de los dos equipos, aunque la cosa no pasó a mayores.
"Tiene suerte de estar vivo. Fue vergonzoso", decía el técnico del United, Sir Alex Ferguson, en los micrófonos de BBC Sport tras el partido. "Debería ser castigado por la Federación. Le podría haber roto el cuello a Robin. Fue lo más peligroso que he visto en un terreno de juego en muchos años", añadía el veterano entrenador escocés.
Van Persie no quiso referirse al incidente, aunque sí lo hizo Williams. "Sólo he golpeado el balón con frustración y, desafortunadamente, le he golpeado en la cabeza y él se ha enfadado. De repente se ha calentado todo, pero al final no ha pasado nada", aseguraba el central del Swansea.