Los jugadores del Dinamo de Moscú, disparados con balas de paintball en el entrenamiento

Los jugadores del Dinamo de Moscú han sido víctimas de la ira de sus propios aficionados. Un grupo de seguidores radicales del club, disfrazados con trajes de camuflaje, viajó hasta la ciudad deportiva del equipo, situada en Novogorsk -al norte de Moscú-, con el único fin de disparar con balas de paintball a los jugadores y a algunos miembros del cuerpo técnico, informa ABC.

Gennady Solovyov, presidente del equipo y antiguo miembro de la KGB, promete mano dura hacia los agresores: "Son unos idiotas, me esforzaré en encontrar y castigar a los responsables de estos actos". "Yo me llevé un golpe en la cabeza y varios compañeros también fueron alcanzados, ¿qué debemos hacer ahora? ¿Contratamos cada uno de nosotros a un guardaespaldas?", denuncia el centrocampista Alan Gatagov.

Además de dispararles con balas de paintball, los radicales también dejaron notas de amenaza a los futbolistas extranjeros del Dinamo, exigiéndoles que mejorasen rendimiento sobre el campo o, de lo contrario, "tendrían que pagar las consecuencias". Así, la nota iba acompañada de las fotografías del alemán Kevin Kuranyi, el ecuatoriano Cristian Noboa o el argentino Leandro Fernández. "Este es el último aviso, no vamos a seguir apoyando a estos perdedores. Están matando al Dinamo, hay que deshacerse de ellos", dice el mensaje.

El Dinamo de Moscú, el club más antiguo de Rusia y el único que jamás ha descendido a Segunda División, es actualmente decimotercero en la Liga Premier con nueve puntos en once jornadas. El equipo comenzó con siete derrotas en los primeros ocho partidos del año, lo que precipitó el cambio en el banquillo del conjunto moscovita que ahora dirige el rumano Dan Petrescu, exfutbolista del Steaua de Bucarest y del Chelsea, entre otros clubes.

El incidente del paintball es el último de una serie de protestas de los aficionados del Dinamo, hartos de los resultados del equipo durante esta temporada. El pasado mes de septiembre, varios aficionados invadieron las instalaciones del club para mantener, según sus palabras, una "conversación sincera" con los jugadores sobre "su mala actitud" en el campo. En las cámaras se podía ver cómo los futbolistas, asustados, eran rodeados por los seguidores durante varios minutos, aunque el incidente no pasó finalmente a mayores.